Durante
la última quincena del mes de marzo la nueva División San Marcial puso en práctica las
capacidades de todas sus unidades en conjunto y, por ende, las capacidades de
la propia División. Entre estas Unidades que se integran bajo el Mando del
General de División Juan Carlos González Díez se incluye el nuevo Mando de
Tropas de Montaña (MTM) que se une a la Brigada Almogávares VI de Paracaidistas
(BRIPAC), al Mando de Operaciones Especiales (MOE), a las Fuerzas Aeromóviles
del Ejército de Tierra (FAMET), y al Regimiento de Operaciones de Información
nº 1 (ROI 1) en lo que suponen un grupo de Unidades de Respuesta Inmediata del Ejército de Tierra.
De
los días 18 al 26 se llevó
a cabo entre La Rioja y en el pirineo aragonés el ejercicio
“Infierno Blanco”, liderado por el Regimiento de Cazadores de Montaña “América
66” (RCZM 66) del Mando de Tropas de Montaña, y apoyado por el (RCZM) “Galicia 64”. Este ejercicio
forma parte de la planificación realizada para preparar y adiestrar un Grupo Táctico
de Montaña (GTM) en
operaciones de respuesta inmediata, integrando las capacidades del resto de
unidades de la División.
En
este ejercicio se contó también con apoyos de la Brigada Aragón I.
Bajo
el mando del Coronel Boudet Marín, Jefe del RCZM 66, “Infierno Blanco” fue el primer ejercicio conjunto
desde que se constituyó la San Marcial el 1 de enero, con el que se pretende
conseguir la Capacidad
Operativa Inicial (IOC) de la División.
SUPUESTO TÁCTICO
La
región de Eiba sita al noreste del viejo continente es un territorio interior
de montaña, sin salidas al mar, rico en recursos naturales como el petróleo, que
cuenta con status administrativo especial en virtud del Acuerdo General de Paz
firmado en el año 2015, motivado por las tensiones sufridas con dos estados
vecinos, uno de los cuales pretende su soberanía. Además, actualmente Eiba se encuentra en un
proceso político para la realización de un referéndum de independencia supervisado por
observadores de Naciones Unidas debido a las acciones beligerantes llevadas a
cabo desde Recuria, estado vecino con pretensiones e intereses sobre Eiba.
Con la intención de influir en el
proceso de consulta, desde este país fronterizo se han incrementado las
acciones hostiles por parte de milicias paramilitares llevando a cabo acciones directamente
sobre las fronteras de Eiba.
Para
este ejercicio las fuerzas enemigas se constituyen en base al RCZM 64 que actúa
en el roll de “enemigo”.
Los
observadores de Naciones Unidas han detectado que el incremento de la actividad
paramilitar se ha llegado a producir también fronteras adentro del territorio
de Eiba lo que ha motivado que se requiera una respuesta coordinada y eficaz en
el marco de los Mandatos de UN, en estrecha colaboración con la administración
regional.
Para
ello se aprueba el despliegue de un contingente militar cuya misión será la de
expulsar a las fuerzas
paramilitares del
territorio de Eiba mediante una operación de limpieza desarrollada de
Oeste a Este a lo largo de
la frontera sur, sobre la orografía montañosa de la zona. Este supuesto
se reproduce en el ejercicio con evoluciones ejecutadas desde el Valle de
Panticosa hasta el pico Tendeñera en el valle de Otal ambos en la provincia de Huesca.
La
operación/ejercicio se inicia con una primera fase en la que se despliegan
sobre el terreno equipos de reconocimiento
compuestos por efectivos de la Compañía de Esquiadores Escaladores (CEE) del
MTM, de la Compañía de Reconocimiento Avanzado (CRAV) de la BRIPAC y Equipos de
Información del ROI 1 con la finalidad de proporcionar la inteligencia necesaria
acerca de las posiciones enemigas, paso previo al despliegue del resto de
fuerzas que llevarán a cabo las operaciones de limpieza.
La
orografía montañosa del terreno hace que sea vital para el movimiento de los
subgrupos tácticos el uso de helicópteros en acciones helitransportadas lanzadas para desplegar en
los diferentes puntos estratégicos a lo largo de los valles. Así pues, se
planifican y ejecutan operaciones de asalto aéreo que posicionan a la Fuerza
del RCZM 66 sobre los enclaves
enemigos en lo que será una acción continua de la fuerza mediante saltos de posición. Para ello dos
HU.21 Super Puma y un HT.29 Caimán apoyados por dos HA.28 Tigre de las FAMET se
encargarán de posicionar a las tropas, así como de asegurar por el fuego las HLZ y apoyar también
por el fuego a las tropas de superficie en sus movimientos y en la eliminación de los
reductos enemigos.
Los
subgrupos tácticos estarán protegidos en sus avances por las secciones de mortero y baterías de artillería desplegadas sobre el terreno que se moverán hacia
posiciones más cercanas a
las “zonas calientes” para prestar el apoyo efectivo de sus armas.
En
estos entornos los movimientos terrestres de las fuerzas propias no son fáciles
debido a la orografía de la zona, suponiendo un reto importante el cambio de
posición de las piezas para prestar los apoyos por el fuego durante los asaltos.
En estos casos los materiales específicos del MTM como son los Transporte Oruga
en Montaña (TOM) son una valiosa herramienta que permite el desplazamiento por
zonas nevadas y de alta montaña con una mayor facilidad.
Tras
seis días de
operación sobre el terreno y tres saltos de posición en diferentes enclaves,
las fuerzas de la coalición consiguen controlar a las milicias enemigas y toman las posiciones
estratégicas que aseguran la no continuidad de las acciones beligerantes
organizadas desde Recuria por las fuerzas paramilitares.
Hasta
aquí, podríamos
categorizar este supuesto/conflicto como de carácter convencional dados los agentes y
organizaciones implicados, los condicionantes políticos y mandatos internacionales, y el tipo de
escenario previos para una operación militar con aprobación de Naciones
Unidas, en ayuda de un territorio soberano con amenaza contrastada.
ESCENARIO PARA OPERACIONES
ESPECIALES.
Pues
bien, el ejercicio “Infierno Blanco” no solo se planificó para su ejecución sobre
un teatro de guerra
convencional, si no que incluyó también un supuesto en el que esa
convencionalidad del conflicto se transforma para dar paso a un escenario
asimétrico que requiere de acciones especiales para su resolución.
Y
es aquí donde entra
“en juego” el MOE con su BOEL XIX apoyada por el GOE IV y los equipos operativos
de montaña de ambos grupos.
El
14 de marzo y sobre territorio soberano de Eiba se produce el secuestro de un
miembro de la misión de observación electoral de Naciones Unidades, cuya
autoría reivindica un grupo mafioso de carácter terrorista denominado BEC que
dice colaborar con las fuerzas paramilitares de Recuria. Este hecho hace
replantear a la coalición las estrategias necesarias que deben seguir para
continuar con el proceso de estabilización de la zona, así como para asegurar
que el referéndum
se lleva a cabo con las máximas garantías de seguridad y de transparencia. Desde la organización
internacional se inician acciones de negociación con el BEC para la liberación
de su observador
las cuales, no están dando el resultado esperado. Este fue sacado de Eiba y se sabe que se encuentra
en algún lugar de Recuria cercano a la frontera sur. Dada la gravedad de los
hechos, el riesgo real que sufre el observador y la falta de avance en la
negociación, se solicita
la participación del Mando de Operaciones Especiales para planificar una
operación HRO de rescate, paralela a la operación de estabilización de las
fuerzas internacionales.
El
tiempo corre en contra del rehén pues el líder de BEC ha dado un ultimátum.
Atendiendo a esta circunstancia y en base a la clasificación de este tipo de
operaciones se determina la planificación de una operación in-extremis.
Las operaciones para el rescate de rehenes se clasifican en dos categorías; deliberadas o in-extremis en función del tiempo disponible para el planeamiento y preparación. Una operación deliberada es una operación compleja en la que intervienen múltiples actores y suelen estar lideradas por una autoridad civil, siendo ejecutadas por unidades preparadas para ello. Mientras que una operación in-extremis es aquella que se ejecuta cuando las circunstancias no permiten una preparación detallada, generalmente debido al riesgo inminente de perder al rehén. Estas operaciones pueden ser lideradas por personal militar, especialmente cuando se ejecutan en zona hostil o zona no controlada por fuerzas propias.
Desde
la Jefatura de la Unidad de Operaciones Especiales (UOE) se analizan las informaciones recibidas y
atendiendo a los condicionantes que representa una operación HRO sobre un
territorio soberano como Recuria, se presenta un informe MDCOA o Most Dangerous
Course of Action, acompañado de otro MPCOA o Most Probable Course of Action.
En
ellos se recoge, por un lado, detalle de los riesgos implícitos que supone una
operación sobre un territorio soberano y sus posibles consecuencias y por otro, la línea de acción y reacción que se entiende como más probable por parte del
enemigo durante la operación de infiltración y rescate.
Con
los informes presentados a las autoridades civiles y militares de la coalición,
solo queda conocer la decisión que estas tomarán.
Valorada la situación y ante el riesgo que sufre el observador internacional en manos terroristas se da luz verde a la operación que, debido a los condicionantes, pasa a convertirse en una operación de nivel estratégico. El Jefe del equipo operativo que ya ha trabajado en su planificación desde que se decidió activar al MOE, eleva por cadena de Mando la misma y la desarrolla en un briefing con todas las partes implicadas. Como parte de sus responsabilidades directas ha analizado el Propósito que contempla una operación de asalto aéreo para realizar una acción por inundación y proceder al rescate de rehén, y ha estudiado las Claves del Éxito que pasan por el efecto sorpresa sobre el enemigo utilizando procedimientos noise abatement que minimicen el sonido en la aproximación de los helicópteros, y la eliminación de los centinelas, una vez roto el factor sorpresa, por parte del tirador de precisión de la Patrulla de Reconocimiento Especial (PRE) posicionado en el terreno.
La
información facilitada indica que el rehén se encuentra en una edificación
situada al norte de un valle cercano a la frontera con Eiba. Sobre el terreno
este valle es el de Otal bajo los picos Tendeñera y Otal, y la
edificación es el refugio de montaña del mismo nombre situado a 1650 metros de
altura sobre el nivel del mar. Con toda la inteligencia recopilada y analizada, la operación
planificada se secuencia en 7 fases, a saber:
1ª
Infiltración terrestre de la PRE hasta el valle de Otal.
2ª
Vigilancia por parte de la PRE de los movimientos que se lleven a cabo en la zona
“marcada” del valle
3ª
Asentamiento de una sección de Fuerzas de Apoyo a Operaciones Especiales (FAOE)
en la entrada sur del valle para cerrar su acceso terrestre y prestar apoyo si se requiere
durante la operación, así como para facilitar el repliegue por tierra si fuera
necesario. Posicionamiento de las FAOE sobre el objetivo secundario una vez
realizado el asalto aéreo por parte de la Patrulla de Combate en Montaña
(PATCOM)
4ª
Inserción en helicóptero, asalto aéreo
5ª
Acción directa de la PATCOM sobre el enemigo
6ª
Acción Technical Exploitation Operations (TEO) de recopilación de información
7ª
Exflitración
Con esta planificación se lanza la primera fase de la operación con la infiltración de la PRE creada sobre la base del equipo operativo de montaña del GOE IV que, a pie, se posicionará sobre el terreno en puntos cercanos al objetivo con la intención de localizar al rehén y facilitar información de primera mano acerca de su situación, así como de los movimientos y fuerzas con las que cuenta el enemigo. La PRE inicia su marcha que durante tres días les llevará a moverse por entornos de alta montaña, teniendo que realizar el paso de varios collados cuyas condiciones invernales suponen un riesgo añadido. Una vez en Zona la patrulla se divide en dos grupos para posicionarse en diferentes puntos. Un equipo se posiciona en la pared norte en la mitad del valle desde donde proporcionara fuego si fuera necesario. Un segundo equipo se posiciona en un punto de la pared sur en una zona oculta por vegetación, a una distancia de 1500 metros del enemigo y con visión directa sobre el mismo.
La labor de información de la PRE es fundamental para el éxito de la operación. Realiza acciones HUMINT REPT con las que se confirma la actividad humana en la edificación que la inteligencia facilitada marcaba como posible lugar en el que se encontraría el funcionario secuestrado. Se detectan movimientos de vehículos hasta el refugio en lo que parecen tareas de aprovisionamiento ya que acceden hasta el lugar cargados, y lo abandonan vacíos de mercancías. Igualmente detectan y fotografían movimiento de personal alrededor del refugio viendo que uno de ellos cumple con uno de los datos facilitados por Naciones Unidas acerca de su observador. El funcionario sufre de una cojera moderada en su pierna izquierda. La PRE confirma que uno de los sujetos observados que camina maniatado y con la cabeza cubierta lo hace con una cojera como la descrita, obedeciendo también a la descripción física que los informes detallaban. Las fotografías son enviadas al puesto de Mando de la UOE ubicado en Cerler donde son estudiadas, valoradas y transmitidas a la cadena de Mando.
Esta
información HUMINT REP es completada con informes SIGINT REPT que confirman la
detección en la zona
de comunicaciones vía satélite (SATCOM), además de la identificación de una llamada de teléfono móvil
desde el refugio.
La misión de reconocimiento de la PRE confirma pues que la actividad en la zona es compatible con la presencia de insurgentes del BEC y del posible Hight Value Individual (HVI).
Haciendo vida por encima de los 2000 metros de altura, durante la noche la PRE realiza un salto de posición para asentarse en una ubicación más cercana al refugio. Desde este nuevo punto se confirma la información facilitada con anterioridad, además también de confirmar que los insurgentes están armados con fusiles de asalto, no disponiendo de ningún otro tipo de armamento que no sea el ligero. Este dato es de suma importancia para la valoración de riesgos de la misión y formas de ejecución.
Con toda la inteligencia recopilada y analizada se determina día y hora para la operación.
La PATCOM constituida por el equipo operativo de montaña de la BOEL XIX será la encargada de realizar el asalto. En esta ocasión y no siendo el modus operandi normalizado para este tipo de operaciones especiales, la misma no se realizará durante el arco nocturno llevándose a cabo al orto del día D.
A las 0330am locales la PATCOM inicia el movimiento terrestre hacia el aeródromo de LECI, base del subgrupo táctico de helicópteros de las tropas de la coalición. Al mismo tiempo las FAOE inician su movimiento hacia su posición en la entrada del valle.
A las 0630am locales se realiza el briefing “bajo las alas” con las tripulaciones, previo al inicio del asalto.
0720am y el equipo está a lomos del Super Puma y del Caimán. Engine 1 ON.….., Engine 2 ON……, las turbinas se revolucionan y empiezan a rugir. “Con todo en verde” a las 0730 según lo previsto la PATCOM está en vuelo dirección al objetivo.
Se vuela rápido y bajo metidos en los valles. El vuelo táctico ayuda a minimizar los efectos del ruido de los helicópteros. A la misma hora del despegue el tirador selecto se posiciona para dar cobertura durante el asalto. Una vez perdido el efecto sorpresa el enemigo presentará oposición y es entonces cuando el tirador eliminará las amenazas.
Trascurridos algo más de 20 minutos de vuelo el tirador del helicóptero se dirige a los hombres del equipo levantando la mano abierta; “CINCO MINUTOS PARA EL OBJETIVO”. Todos los hombres le colacionan enterados de la Info.
Otra vez la mano abierta del tirador esta vez con un único dedo levantado, “UN MINUTO”. La concentración de los hombres es total. Cada uno sabe cómo tiene que actuar cuando lleguen al objetivo.
Viraje cerrado a izquierdas para meternos en el valle de Otal y los dos helicópteros entran en final para el punto de toma a escasos 100 metros del refugio. Toma el punto 1 y salta una parte del equipo directos al edificio. Toma el punto 2 y se lanza el resto de la PATCOM en la misma dirección. Antes de que los helicópteros tomaran tierra el tirador selecto ha realizado su trabajo neutralizando a los centinelas previo a que abrieran fuego sobre las fuerzas de recuperación.
Una
parte del equipo se posiciona para asegurar el perímetro. El resto continua con
la acción directa sobre el
edificio. Sigilosos pero ágiles se acercan a la primera puerta. Junto a ella el
cuerpo de uno de los centinelas abatidos. Se aseguran de la baja y en perfecta
coordinación abordan la puerta y penetran en la habitación. “LIMPIO”.
Asegurada
esa posición continúan avanzado a Papa 2, la siguiente puerta y proceden de la
misma forma. “LIMPIO”. Solo queda Papa 1 que es donde mantienen al rehén. Los hombres se
posicionan a cada lado de la puerta y con un solo gesto, la abordan. Patada y el primer hombre en
atravesarla realiza dos disparos.... de inmediato un secuestrador cae abatido.
Junto a él se encuentra maniatado y asustado el HVI, con vida. “LIMPIO Y
POSIBLE SIERRA” informan al resto del equipo. Mientras interrogan y aseguran la
identidad de Sierra, (el observador secuestrado), tres hombres continúan
progresando alrededor del edificio para asegurar que no existe ninguna amenaza
más. Comprobado el perímetro informan “LIMPIO”. No ha llegado a 8 minutos el tiempo
transcurrido desde que la PATCOM tocara tierra hasta la finalización de la toma
del refugio y recuperación del HVI.
A partir de ese momento y con todas las amenazas neutralizadas se comunica por radio, “25 minutos para la TEO”. Desde ese momento se lleva a cabo otra de las fases de la operación de suma importancia. El equipo empieza con la Site Sensitive Exploitation (SSE) con acciones Technical Exploitation Operations (TEO) para la recopilación sistemática de información, material y personas in situ, respondiendo así a los requisitos de información y de apoyo al procesamiento penal de los implicados.
Pruebas
biométricas y fotográficas del personal enemigo, recuperación de armamento, recopilación
de equipos informáticos y copias de la información almacenada, fotografías
georreferenciadas de todo el
material, de la zona y del edificio, y clasificación minuciosa de todo lo incautado.
Mientras la PATCOM lleva a cabo la SSE, la PRE se reagrupa sobre el refugio desde sus posiciones para ser exfiltrados junto al HVI recuperado con éxito.
De
nuevo el rugir de los helicópteros golpeando de pared en pared una vez se
adentran en el valle. Un par de hombres se adelantan para balizar la zona de
toma mientras el resto de la PRE se agrupa para embarcar. Con ganas esperan el
vuelo de vuelta después de 72 horas de misión sobre la orografía montañosa e invernal
del pirineo aragonés.
Con
la misión de liberación
realizada y las pruebas recopiladas la PATCOM se repliega para reunirse a la
salida del valle con las FAOE y abandonar por tierra la zona.
Esta operación ponía el punto y final a las actividades sobre el terreno del ejercicio “Infierno Blanco” que durante 9 días implicó a todas las unidades que componen la División San Marcial.