12 enero 2022

NOCHES Y DÍAS DE DICIEMBRE SUPERADOS.

 

Francisco Francés Torrontera, redactor, fotografía, fotógrafo, freelance, defensa, ejército, helicópteros, aeronáutica, aviación, operaciones especiales.

Son ya casi dos semanas de actividad sin descanso y cuerpo y mente compiten entre sí para permitir al alumno continuar adelante.

Los días de diciembre son cortos lo que favorece la alianza del guerrillero con la noche como el perfecto binomio. Metidos en la oscuridad han iniciado su décima noche que van a pasar realizando un patrullaje que les llevará hasta un nuevo día. Por delante diez horas en las que moverse sigilosos aplicando los conocimientos adquiridos sin dejar lugar al cansancio, al sueño o al frío. Deben establecer una base de patrullas en un punto concreto, a una hora determinada. Frente a ellos senderos, barrancos, ríos y oscuridad por los que dejar únicamente su silenciosa huella. Tendrán que mantener su concentración en todo lo que observan a través de sus visores nocturnos navegando sin dilación, manteniendo los rumbos correctos. Solo transitarán por bosques y senderos sin ningún contacto con zonas habitadas.

Cada patrulla “patea” por la ruta planificada horas antes al abrigo del aula. Entre 18,5 y 21 kilómetros que culminarán teniendo que atravesar el río Aragón cuyas aguas bajan directas del hielo y nieve acumulados por todo el valle del mismo nombre y las laderas y picos que lo forman. Pasan algunos minutos de las 06:30h locales y en el punto seleccionado para vadear se posicionan los primeros hombres para establecer seguridad antes del cruce. Organizados y actuando como se les ha enseñado se agrupan y sin dilación cruzan de orilla a orilla.

No importan los 5º bajo cero ni la temperatura del agua. El punto sobre el que han de terminar el tema está al otro lado del Aragón. Es ahí donde les esperan.

El frío cortante del agua comienza a subir por los pies desde el momento en el que las botas se sumergen en la orilla. Ese frío sigue subiendo a la misma velocidad que se empapa el uniforme. La respiración se acelera y los músculos se tensan y agarrotan haciendo más torpes los movimientos. La oscuridad ralentiza la marcha obligando a invertir el tiempo necesario para evitar un mal paso que provoque la caída en pleno cauce.

Cada segundo en esas aguas es sentir una aguja que se clava sobre la piel, pero a estas alturas de la ITC los hombres que están cruzando el río ya no sangran con estos pinchazos.

En la otra orilla empieza un nuevo reto; continuar su trabajo con esos -5 grados. Aquel que cuando tuvo que hacer su mochila pensó en meter algo de ropa de respeto lo va a tener un poco más fácil.

Agrupados escuchan las instrucciones del “Proto” que les ordena se dirijan inmediatos a *Batiellas. Sin tregua inician la marcha. Este es uno de esos casos en los que moverse rápido ayuda.

Mientras tanto en el campo de tiro y desde las 06:00h locales la actividad es intensa. Instructores están preparando el pasillo de fuego. Se han fijado las cuatro MG en sus nidos, colocan las cargas a lo largo de todo el recorrido y rellenan los pozos de los explosivos con agua. Según avanzan los minutos la madrugada se va tornando más fría congelando la superficie de esos pozos. El amanecer, Batiellas y su microclima y la idiosincrasia propia del mes de diciembre en Jaca bajan el mercurio hasta casi los 9 º bajo cero.

Los alumnos llegan al campo de tiro donde quizá intuyan, o no, lo que les espera. El instructor los recibe: “SEÑORES, REVISEN SUS EQUIPOS Y UNA VEZ LO HAYAN HECHO DEJEN SUS MOCHILAS AGRUPADAS EN ESTA ZONA DONDE VAN A ESPERAR”

En la situación en la que se encuentran enfrentándose a sí mismos para no ser vencidos, les dan una buena noticia: “SEÑORES, LES QUIERO FORMADOS EN DOS MINUTOS”.

Con los alumnos firmes y de espaldas a la primera y muy tenue luz que empieza a despuntar por el este se les indica: “AHORA VAN A DESAYUNAR. CUANDO ROMPAN FILAS VAN DIRECTOS HASTA DONDE LES ESTOY INDICANDO PARA RECOGER SU DESAYUNO”



En ese punto les espera, además de embutido, pan, bollería y zumo, un café caliente recién hecho al fuego. Sin duda alguna el cuerpo y la mente de todos y cada uno de ellos lo agradecerá. Recogido lo que les corresponde vuelven sobre sus pasos y se reagrupan para, sentados sobre sus mochilas y bajo la helada que está cayendo, meter en sus cuerpos las calorías de ese desayuno que durante unos minutos los distrae, que no evade, de su realidad.

Mientras, la actividad sigue en la zona del pasillo donde aparece un contratiempo. El camión aljibe con el que han empezado a llenar los pozos de explosivo tiene un problema con la bomba de presión y solo se puede verter el agua por gravedad. ¿En qué se traduce esto?. Pues en que el tiempo para tener listo el pasillo se va a dilatar. Una situación poco favorable para los alumnos que van a ver como también se alarga su tiempo de espera sin actividad que les haga subir la temperatura corporal. Con 9º bajo cero el problema es más grande para aquel que sigue empapado por no haber incluido ropa de recambio. Si con algo de ropa seca el frío se mete hasta el corazón, con la ropa mojada...

Algunos alumnos toman la iniciativa de no quedarse quietos y con permiso de los instructores comienzan a caminar senda abajo y arriba con la intención de activar el riego sanguíneo y desentumecer las extremidades y músculos, intentando recuperar algo de calor que les ayude a ralentizar sus espasmos y temblores. Difícil empresa también para aquellos otros que, como alguno de sus compañeros con la ropa de respeto, decidieron no meter en su mochila ropa de abrigo extra.

Orden de formar a los alumnos. Por si alguno a estas alturas no se imaginaba lo que les espera, el instructor les indica que se van a disponer a pasar el pasillo de fuego.

El Jefe del curso supervisa la seguridad de la instalación y comprueba que todo está como debe. Se realizan las pruebas de ametralladora y se da el OK de cargas conectadas.

A la carrera y con todos los músculos agarrotados los alumnos inician la marcha camino arriba hasta la zona de entrada a los pasillos. Ahí les espera el instructor Jefe de la ITC que los distribuye por cada una de las tres calles y les “canta” las últimas instrucciones.

El suelo está duro y congelado; en las laderas de sombra se acumula la nieve de días anteriores y la vegetación ha perdido su color verde para cambiarlo por el blanco de la capa de hielo que la recubre. El mismo hielo en el que se ha convertido el agua de los pozos en los que se ubican las cargas. Formados de a 1 y encarados a cada uno de los pasillos las MG empiezan su concierto. El primer alumno inicia el cuerpo a tierra y no tarda en meterse debajo de la alambrada.


Las 4 ametralladoras lanzan su plomo y las trazadoras se dejan ver por encima de los primeros hombres ya metidos en faena. Reptando llegan, sin saberlo, a la altura del primer pozo que detona sin miramientos. Rompe la capa de hielo convertida en proyectiles improvisados y la gravedad no tarda en hacer su trabajo. Las decenas de litros de agua que con la detonación han salido despedidos caen sobre el terreno por el que reptan los alumnos.


Ruido de ametralladora, ruido de las detonaciones a escasos metros y el golpe de la onda expansiva contra los cuerpos, balas silbando sobre la cabeza, agua cayendo con fuerza sobre el cuerpo, impactos de hielo y piedras y la inmediata aparición de un barro que, por suerte y debido al frío, es menos fangoso de lo normal. Así están siendo los escasos 15 metros del pasillo en el que están metidos. Por delante otros 85 con la misma rutina.

Se cumple el décimo primer día de la ITC y el físico está mermado. El frío no ayuda y los movimientos mientras se arrastran sobre el hielo y las piedras son lentos y en ocasiones dolorosos. Miran al frente intentando atisbar el final sin alcanzar a ver más que un par de metros por delante. Las gafas empañadas por el vaho y sucias de agua teñida de marrón colaboran para hacer un poco más penoso el momento. Sigues avanzando y el ruido no cesa, sigues recibiendo el empuje de las detonaciones y a cada metro que pasa te empapas un poco más. Piedras, hielo, los codos y antebrazos tocados como las rodillas. El “chopo" cada vez pesa más y se hace más complicado hacerlo avanzar colocado sobre esos mismos antebrazos tocados que soportan su peso y ayudan a arrastran el cuerpo. Más de todo, piedras, hielo, agua y el olor al barro. Tensión en la mandíbula para morder con fuerza el trozo de palo colocado entre los dientes que ayuda a amortiguar el sonido del “ambiente”


Reptan, levantan ligeramente la cabeza de vez en cuando queriendo divisar el final y en una de esas, pueden ver como se termina la alambrada. Están cerca de llegar al foso donde acabar este suplicio.

Lo alcanzan y comprueban que sus cuerpos no reaccionan como quieren para meterse en él. Ahora tienen que salvar los casi dos metros de altura de la forma menos dolorosa que les lleve al fondo. En el agujero se han de agrupar y esperar para dar por terminado el tema. El primer alumno que abre camino tiene que pensar rápido cómo, tumbado y sin levantarse ha de bajar esa altura. El cansancio, el hecho de no ver bien por llevar las gafas sucias, gafas que no tienen con qué limpiar porque como se les ocurra pasar la mano con el guante “hecho un cristo” terminarán peor de lo que están, y la escasa luz de la primera hora de la mañana hacen que no se tenga una percepción clara de la distancia al fondo. Baja como puede sin que se le caiga el “chopo”; ya está ahí metido. La camaradería le hará más fácil este paso al segundo hombre. El primero lo espera, le sujeta el fusil y le indica cómo moverse para bajar junto a él. El segundo se lo indica al tercero y así sucesivamente hasta que llega el último hombre.




Las MG dejan de hacer fuego, no hay más detonaciones, y todos los alumnos están metidos en el foso. El pasillo de fuego ha terminado. Agachados entre las estrechas paredes de bloques de hormigón, mojados con frío y con alguna magulladura esperan la orden de salir.

La reciben y forman en el mismo lugar en el que lo hicieron antes de empezar. En descanso el médico supervisa a los hombres para comprobar que se encuentran bien. Solo caras de cansancio debajo del enmascaramiento “deshecho”, temblores inducidos por el frío, mucha agua absorbida por los “mimetas” que se pegan al cuerpo con un intenso frío sobre la piel y a la pregunta del médico de “¿CÓMO SE ENCUENTRA, ALGÚN PROBLEMA?”, solo se escucha una respuesta unánime: “BIEN MI TCOL. NINGÚN PROBLEMA”.

La tensión y la adrenalina que todavía fluyen por sus cuerpos ralentiza la aparición de los dolores más intensos que llegarán cuando les permitan llevar sus cuerpos y mente al ralentí. Siguen formados con la incertidumbre de no saber qué vendrá a continuación como ha sido su rutina en los últimos once días. 

Seguramente esperando escuchar algo diferente se les comunica que con el pasillo de fuego han culminado su fase de Instrucción Técnica de Combate.

Han superado los once días más duros del curso y seguramente de su carrera militar.

¿Qué piensa uno cuando escucha al instructor decir que han finalizado la ITC y se sabe ganador?

Son soldados, hombres jóvenes, con ideales, con motivación y con ambición. Si alguno de los que están leyendo estas letras ha pasado por lo aquí descrito sabrá lo que pensaron estos hombres al recordar lo que sintió personalmente.

Ahora hay que cumplir con la tradición; el curso al completo incluidos el Jefe y resto de “Protos” se volverán a la Escuela corriendo en formación. Con la alegría interior y el orgullo que infunde la fase superada apartan de la mente durante un tiempo más el cansancio y los primeros dolores para, con la cabeza erguida, a paso ligero y cantando el cancionero guerrillero iniciar su carrera. Sin perder el aliento cantan orgullosos por las calles de Jaca que tantas veces vieron a sus antecesores correr con ese mismo orgullo.

Llegan a la Escuela, se saben en el hogar y el volumen de sus voces aumentan por momentos. En ese instante no hay hombre en el mundo más satisfecho por el deber cumplido que ese puñado de alumnos que a paso ligero cruzan el túnel del cuerpo de guardia y se adentran en el patio de armas.



Forman frente al edificio del curso, se les ordena quitarse el equipo y entregar armamento para de inmediato, junto a sus instructores continuar su carrera formados hasta la piscina donde todos, en perfecta camaradería, celebraran con júbilo haber superado la fase de Instrucción Técnica ITC de su Curso de Operaciones Especiales.



 Fin

 *Batiellas es el nombre del campo de tiro utilizado por la EMMOE y RCZM 64 ubicado en las cercanías de Jaca

        

 

  

29 diciembre 2021

EL DÍA DESPUÉS DE UNA NOCHE CUALQUIERA DE DICIEMBRE

                                         

La carrera individual a terminado y los alumnos están en Rapitan. Pasan cinco minutos de las 0630am y como estaba planificado la columna de vehículos está llegando a la explanada para realizar el traslado de todos ellos. La oscuridad todavía no ha dado paso a las primeras luces y embarcan en las cajas de los Land Rover y Nissan iluminados por los vehículos que les preceden. Aunque muy austero agradecen el acolchado forrado de lona de los asientos corridos y el falso cobijo que les proporciona la lona de los vehículos, sobre todo, a los hombres que han llegado primero a la cota y han estado esperando a la intemperie la llegada del último compañero. El frío cala hasta los huesos.



El final de la carrera marca el inicio del nuevo día sin necesidad de que haya amanecido. Arranca la columna de vehículos directa al campo de tiro. Batiellas es un campo de tiro “puesto ahí por el enemigo”. Cuenta con su microclima propio que hace que en invierno se “disfrute” de unos 4/5 grados menos respecto a Jaca, con una considerable humedad en muchas ocasiones, y lo mismo en verano, pero con esos 4 o 5 grados por encima de la temperatura normal del valle.

Los escasos veinte minutos de trayecto se traducen en un leve descanso aun yendo sentado en la caja de un Land Rover.

La bandera roja ondea en el campo de tiro y los instructores esperan a los alumnos mientras estos descienden a un terreno congelado y blanco por la escarcha.

¿VAMOS SEÑORES, UN POCO DE VIDA. ESTABLEZCAN UNA BASE DE PATRULLAS, REVISEN SU EQUIPO Y ARMAMENTO Y EN 30 MINUTOS LOS QUIERO FORMADOS OÍDO!.

Pasa la media hora y formados los instructores les explican la primera prueba que a continuación les espera.

Las patrullas van a pasar por diferentes estaciones empezando por una fase de explosivo para la apertura de accesos (breaching), para continuar con varios escenarios tácticos hasta terminar con el lanzamiento de granadas. En definitiva, sin parar desde el breaching hasta que lancen la última granada. Deben saber dejar a un lado el cansancio de todos los días pasados y el frío, y concentrarse porque van a pasar unas cuantas horas trabajando bajo la presión de los instructores. Han de tener muy claros cada uno sus cometidos dentro de la patrulla y, sobre todo, deben mantenerse alerta porque van hacer fuego, mucho fuego y todo real. No pueden haber errores.

La primera patrulla va directa a la zona de explosivos. Formados el instructor les muestra los materiales, les explica qué han de hacer y termina con la orden de:

¿EN 10 MINUTOS QUIERO LAS CARGAS COLOCADAS Y LISTAS. VAMOS!.

De inmediato los alumnos se ponen manos a la obra. Es necesario quitarse los guantes para manipular las cargas, cortar los hilos, retirar el protector de los adhesivos, conectar los explosores….. y con siete grados bajo cero, las manos no reaccionan con facilidad.






¿CINCO MINUTOS SEÑORES. NO LES VEO ÁGILES!

La presión del instructor pesa.

No querer cometer ningún error que haga que la nota personal baje y, sobre todo, mantener la concentración al 100% sin dejar que el cansancio físico y psíquico haga mella se ha convertido en empresa complicada a cada día que pasa.

¡QUIERO LAS CARGAS COLOCADAS YA. SE ACABÓ EL TIEMPO!.

El instructor supervisa las cargas.

¡X VENGA AQUÍ! ¿QUÉ COÑO ES ESTO! ¡QUÉ VE USTED AQUÍ QUE NO DEBERÍA DE SER ASÍ!

(usaré X para hacer referencia a los alumnos a los que se dirigen los instructores sin necesidad de utilizar sus números reales)

¿A SUS ORDENES MI CAPITÁN, VISTO!

¡CAMBIE ESO DE INMEDIATO Y HAGAN LAS COSAS BIEN!

Con las cargas colocadas en las puertas, los alumnos posicionados inician la cuenta atrás. 
¡3,2,1 FUEGO!.
Pulsan el explosor y la carga detona. La primera patrulla termina su primera fase.


¡FORMEN SEÑORES. HAN TERMINADO AQUÍ. A LA CARRERA DIRÍJANSE HASTA EL SIGUIENTE TEMA DONDE LES ESTÁN ESPERANDO. ROMPAN FILAS!

Corriendo van camino abajo hasta la zona donde aguardan tres instructores. Uno de ellos los recibe a la voz de:

¡JEFE DE PATRULLA, FORMEN AQUÍ YA! ¡VAN A REALIZAR UNA TCCC!.

Les da las instrucciones entre las que les detalla que han recuperado a un tripulante cuya aeronave fue abatida previamente y hay que extraerlo hasta un punto seguro.

Inician el tema. Avanzan sobre el terreno con el tripulante recuperado. Los instructores no les quitan ojo. Uno de ellos abre fuego y el tripulante (un Proto) cae abatido. 

Se reposicionan y responden por el fuego iniciando la respuesta armada. Crean cortinas de humo para recuperar al hombre alcanzado. Mientras unos buscan una posición segura para atender al herido, los compañeros no cesan el fuego. Los instructores están “encima” corrigiendo a quién haya que corregir. Entre el caos de la situación se oye al instructor.


¡SEÑORES HAY QUE SACAR A ESTE HOMBRE DE AQUÍ, YA! ¡REACCIONEN, VAMOS, VAMOS, VAMOS!.

No puede cesar el fuego mientras sacan de ahí al herido hasta un lugar en el que poder darle los primeros auxilios. En una hondonada y ya protegidos del fuego enemigo empiezan a atenderlo de lo que el instructor va diciendo que son sus heridas. Con voz fuerte y contundente el Proto presiona al alumno.

¡ORIFICIO DE ENTRADA POR COSTADO IZQUIERDO, NO SE VE ORIFICIO DE SALIDA. RITMO CARDIACO DISMINUYENDO. RESPIRACIÓN? ¿COMO RESPIRARÁ ESTE HOMBRE CON ESTA HERIDA X? ¿CÓMO LO HARÁ X1?. ¿QUÉ LE VA A OCURRIR?. QUÉ TIENEN QUÉ HACER?...........¿LAS CÁNULAS, BÚSQUENLAS CON RAPIDEZ PORQUE SE LES MUERE?. ESTABILICENLO!.

Esto, que es una parte de lo que marcará el procedimiento, con la presión infundida del momento obliga a los alumnos a darlo todo, aun cuando están próximos al bloqueo psicológico.




Los HK siguen sembrando fuego, la ametralladora asegura el flanco y las voces con las prisas para salir del lugar son cada vez más intensas…Presión, presión y más presión. Pero esto es lo que hay. Se está aquí para hacer frente a todo esto. Si lo soportas, serás mejor.

Estabilizada la baja y asegurada la zona la patrulla se reagrupa para dirigirse hasta la HLZ.

Terminado el tema se les ordena formar de nuevo.

¡VAYAN A LA CARRERA HASTA EL PUNTO EN EL QUE ESTÁN LOS CAMIONES Y MUNICIONEN. VAMOS, VAMOS VAMOS!

A la carrera, como se va siempre de un sitio a otro en el curso, siguen camino abajo hasta el punto indicado. Una vez han llegado a los camiones: 

¡JEFE DE PATRULLA!.

¡PRESENTE MI CAPITÁN, A SUS ÓRDENES!

¡FORMEN AQUÍ YA!. ¡TIENEN 5 MINUTOS PARA MUNICIONAR Y PREPARARSE. CUANDO HAYAN TERMINADO LES QUIERO EN ESE PUNTO (señalando con el brazo) FIRMES COMO CLAVOS, ¿VISTO?!

¡A SUS ÓRDENES MI CAPITÁN!

Terminados de municionar y en el punto ordenado la patrulla recibe instrucciones sobre el siguiente tema. Otro escenario táctico sobre el que han de poner a prueba sus capacidades y conocimientos.

Los alumnos inician el movimiento siguiendo la senda inclinada y estrecha flanqueada por una tupida manta vegetal congelada. Tras ellos los instructores sin quitar ojo a ninguno de ellos para comprobar que actúan como deben. En un momento determinado uno de los Protos desenfunda su arma corta y abre fuego. Esto indica que la patrulla está siendo atacada.

¡FUEGO A LAS 12!.

En ese mismo momento cada alumno debe saber qué hacer y como reaccionar. Inician su respuesta abriendo fuego en cabeza. Como les han enseñado deberán ir retrocediendo senda abajo hasta un punto seguro. Los “tiros” no cesan. El punto uno inicia su movimiento a retaguardia cubierto por el fuego de su punto. Un golpe en la espalda y la voz de "ÚLTIMO" indica que le ha rebasado. El tercer y cuarto hombres siguen con fuego intenso para cubrir el repliegue de los dos primeros. Golpe en la espalda y otra voz del tercero mientras los demás siguen lanzando su cortina de fuego.

¡HUMO, HUMO, HUMO!


Uno de los alumnos quita el pasador del bote y lo lanza para crear una cortina tras la que ocultarse. Siguen abriendo fuego mientras se repliegan escalonadamente.

Es en esa carrera hacia su siguiente posición cuando han de aprovechar para cambiar el cargador. La seguridad de toda la patrulla depende de las capacidades individuales de cada hombre.


Con voz perfectamente clara por encima de los “tiros” se escucha a uno de los instructores:

¡QUÉ COÑO ESTÁ HACIENDO X!, al mismo tiempo que extiende su brazo para agarrarlo por la mochila y frenar su avance.

La tensión y el estrés no siempre hacen que actuemos como se debe. Nada se escapa al ojo del Proto sobre todo, en situaciones como estas.

Una vez en el punto de repliegue y con el tema terminado el instructor manda formar a la patrulla. Van a escuchar lo que ha ocurrido. Será una lección aprendida más, y una anotación en el expediente del número X.

Con la orden dada y a la carrera como he dicho que es normal moverse, se dirigen al campo de granadas donde les están esperando. Si hasta ahora para moverse de un tema a otro ayudaba el que fuera camino abajo, en esta ocasión el repecho del último tramo hasta llegar a la zona de lanzamiento se hace notar en la mellada forma física de los alumnos.

Se les entrega la granada y de a dos se colocan en los pozos junto al instructor para realizar sus lanzamientos. Cuando ha terminado la patrulla de lanzar el Proto les indica que regresen a la base de patrullas establecida de madrugada cuando han llegado al campo a la espera de recibir nuevas órdenes.

A la carrera, abandonan el campo de granadas como les han ordenado. Ahora cuesta abajo otra vez.

Una vez han terminado todas las patrullas se les ordena formar para embarcar en los vehículos en dirección a la EMMOE. Esto es lo único que saben.

Llegan a acuartelamiento pasadas las 1300h y formados se les da la orden de, una vez rompan filas ponerse a limpiar el armamento. Tienen por delante unas cuantas horas para dejar sus “herramientas” de trabajo listas para revista, que los instructores realizaran a las 1630h.

Aquí es donde aplica esto de:

"Si cuidas tu arma, ella cuidará de ti"

Sobre las mesas corridas de una de las naves del edificio del curso los alumnos van colocando su armamento, sus bayetas, sus botes de aceite, sus cepillos y pinceles…….. y una a una las van desmontado. La “faena” la tienen que ir alternando con la presencia en el botiquín de aquel que ha sido llamado por la ASAN y los Jefes de patrulla, además, han de compaginarlo con la recepción de nuevas órdenes que reciben en un momento determinado durante este tiempo de limpieza, acerca de lo que han de hacer una vez hayan pasado revista de armamento. Esas mismas órdenes a su vez las han de trasladar a su patrulla todo, sin perder tiempo para dejar los fusiles, pistolas y ametralladoras como los chorros del oro. Otra nueva orden les obliga a organizarse para entregar toda la munición de fogueo que tengan, organizarla en cajas diferenciadas, recibir nueva munición de fuego real, entregar los cargadores que no van a usar en el siguiente tema, colocar en una misma mesa las ametralladoras para su limpieza etc. etc.

Son las 1615pm y el instructor ordena dejar las armas en la mesa para revista. Así lo hacen y los alumnos se separan de la misma en descanso.

Un instructor por cada lado de la mesa comienza a “hurgar” con el dedo meñique en todos los recovecos de las armas. En aquella en la que el dedo o el trapo sale negro con restos de pólvora o suciedad, de inmediato se dan la vuelta y de forma clara y concisa enseñan a su dueño lo que tiene en las manos.



Han sido más los casos en los que los instructores se han tenido que dar la vuelta para explicarle al alumno lo mal que han hecho lo que se les ha pedido con lo cual, se escuchan lo siguiente:

¡SEÑORES LES HE PEDIDO QUE LIMPIEN SU ARMAMENTO Y NO LO HAN HECHO. ES UNA ORDEN FÁCIL DE CUMPLIR Y AÚN ASÍ, NO LA HAN CUMPLIDO. ASÍ QUE A LA CARRERA LES QUIERO A TODOS EN LA PISCINA YA!

Sin solución de continuidad los alumnos abandonan la nave y a la carrera rodean el edificio para ir directos a darse un “remojon”. El instructor sale por la puerta trasera, acorta el recorrido y con su presencia ordena silencio al grupo que corre sin saber que son vistos. A los dos alumnos que hablaban entre si se les va hacer más duro el trayecto hasta la piscina. De inmediato se les ordena dejar de correr para empezar a reptar.

Sobre el agua de una piscina en Jaca durante el mes de diciembre, sobran los comentarios.



De vuelta a la nave tienen 30 minutos para volver a limpiar su armamento, llevarlo a la armería donde será supervisado y entregado para después dirigirse al aula donde habrán de preparar y planificar el tema nocturno que les espera.

Quedan 5 minutos para cumplir los 30 dados y los alumnos han entregado y colocado sus armas en sus armarios. Un par de Protos supervisan que todas las armas están en su sitio y aseguradas. Iluminando con sus linternas en la parte alta del armario, donde se colocan las pistolas, observan que una de ellas tiene el seguro en posición de fuego. Con voz potente el instructor ordena llamar al número X. 

Ya en la puerta de la armería el alumno….. 

¡A SUS ÓRDENES MI CAPITÁN. DA USTED SU PERMISO!

¡VENGA AQUÍ NÚMERO X!

¡A LA ORDEN!

¡CÓMO HA GUARDADO USTED SU ARMA!. ¡ES USTED NUEVO O QUÉ!

¡VISTO MI CAPITÁN!

¿ASEGURE SU ARMA, DÉJELA EN SU SITIO Y SALGA DE AQUÍ DE INMEDIATO DIRECTO A LA PISCINA; Y MÁS VALE QUE NO LLEGUE TARDE AL AULA!

¡A SUS ÓRDENES MI CAPITÁN!

A estas alturas del curso esto es una falta que se anota en el expediente del alumno.

Al instante de cerrar la puerta del aula llega el número X de la piscina. Pide permiso para entrar y se sienta en su sitio. El charco de agua bajo su silla no tarda en aparecer junto al sonido de los chorros que caen de su uniforme. Los temblores le acompañan durante la primera parte de la clase.

El Proto comienza a explicar cuál va a ser el siguiente tema. Les espera una noche muy, muy larga. Patrullaje nocturno. Sobre la cartografía digital proyectada en pantalla se señalan los puntos en los que comenzarán el patrullaje, y el punto en el que deberán terminar. Organización de las patrullas, coordenadas de verificación, comunicaciones, equipos…….todo detallado. Los alumnos toman notas, interactúan con el Proto cuando se les pregunta. Los Jefes de patrulla asumen sus responsabilidades y distribuyen cometidos entre los componentes de las mismas.

¿SEÑORES TIENEN 30 MINUTOS PARA PLANIFICAR SUS PATRULLAS. TERMINADO EL TIEMPO ME DETALLARAN SU PLANIFICACIÓN. NÚMERO X CONTROLE 30 MINUTOS Y ME AVISA CUANDO HAYAN FINALIZADO. COMIENCEN!


Ha pasado la media hora y entran en el aula el resto de instructores que controlaran el tema.

¿JEFE DE LA PRIMERA PATRULLA, EXPONGA SU PLANIFICACIÓN!

Escasamente han trascurrido un par de minutos el Proto interrumpe al alumno en su exposición.

¡NÚMERO X, ESA RUTA QUE HAN PLANIFICADO NO ME SIRVE. NEGATIVO UTILIZAR LAS VÍAS DEL TREN PARA SUS MOVIMIENTOS. SIÉNTESE Y PLANIFIQUEN UNA ALTERNATIVA.!

¡A SUS ÓRDENES MI CAPITÁN!

¡JEFE DE SEGUNDA PATRULLA, SU TURNO!

¡A SUS ÓRDENES MI CAPITÁN!

Como en el caso anterior pero esta vez después de algo más de tiempo de exposición el Proto interrumpe al alumno

¡NÚMERO X, A QUÉ DISTANCIA DE JACA ESTÁ ESA SENDA QUE ME ESTÁ INDICANDO!

¡A UNOS 200 METROS MI CAPITÁN!

¡Y MENOS TAMBIÉN NÚMERO X. LA PATRULLA NO SE REALIZARÁ A ESAS DISTANCIAS DE JACA. BUSQUE ALTERNATIVA YA Y ME LA CUENTAN EN 10 MINUTOS!

¡A SUS ÓRDENES MI CAPITÁN?

Los alumnos se esfuerzan por buscar alternativas que sean seguras y si pueden, las que menos distancia supongan.

Vuelven a exponer su planificación y en esta ocasión parece que son rutas válidas. Últimas anotaciones con los instructores que supervisarán a cada patrulla y asegurar los tiempos.

¡SEÑORES. 20 MINUTOS PARA EQUIPARSE COMO LES HE EXPLICADO AL INICIO, COGER ARMAMENTO Y ESTAR FORMADOS Y LISTOS PARA INICIAR EL TEMA. 20 MINUTOS!

Hora de inicio, las 2030pm. Hora de llegada y establecimiento de la base de patrullas en el punto designado, 0730am del día siguiente.

Por delante tienen entre 18,5km y 21 km de patrulla nocturna.

Quedan 2 minutos para que se cumplan los 20 y las patrullas están formadas. Dan novedades al instructor, rompen filas y directos a los vehículos que les han de llevar hasta los puntos desde los que comenzar con esta nueva "pateada".


(continuará)