Los
que me conocéis sabéis que mi trabajo durante las ocasiones en las que pude
desplegar en Afganistán se centraba en aquel entonces en conocer la misión de
la Afghanistan Spanish Unit Helicopter, conocida también como ASPHUEL y puesta en
aquel momento al servicio del RC-West, que trabajaba y colaboraba con el resto
de contingentes internacionales desplegados en esta zona de responsabilidad
española, así como con las fuerzas del Afganh National Army (ANA).
En
el ámbito de responsabilidad del RC-West que abarcaba las provincias de Badghis,
Herat, Ghowr y Farah, el ANA tenía asentadas diferentes Unidades de ala fija y
de ala rotatoria, así como la
Academia de la Fuerza
Aérea de Shindand, donde se formaban las tripulaciones de lo
que ha sido la malograda fuerza aérea de Afganistán.
En
la misma base de Shindand se asentaban también los 738 y 838 Air Expeditionary
Advisory Gruop dotadas de helicópteros Mi-8 y de los entonces nuevos Mi-17 V5.
Estas Unidades estaban formadas por los escuadrones 441th y 444th uno de los
cuales, mantenía desplegado en la base de Herat, en unas instalaciones propias
dentro del recinto internacional, al Destachament 1 del 444th de la mencionada
838 AEAG. Compuesto por tres helicópteros Mi-8 / Mi-17 V5 y sus tripulaciones
estos hacían vida independiente dentro de la base y era difícil verlos como al
personal del resto de contingentes. Este destacamento tenía como misión prestar
apoyo al ANA sobre la zona Este y Norte del RC-West dentro de las provincias de
Herat, Badghis y Ghowr, y para las misiones en la provincia de Farah el 444th
desplegaba directamente desde su base de Shindand.
Era
pues constante el vuelo de los helicópteros del 444th en la base de Herat
entrando y saliendo tanto para la realización de misiones reales, como para llevar
a cabo la instrucción de las tripulaciones. Esta Unidad, como la mayoría de las
unidades de la Fuerza Aérea
Afgana estaban entonces todavía en fase de formación y desarrollo y para ello contaban
con el asesoramiento y mentorización en ese momento del ejército salvadoreño
que trabajaba conjuntamente con las tripulaciones y personal de tierra, así
como con personal de la USAF
encargado de la supervisión y también de la instrucción, sobre todo, en materia
de navegación aérea. Para ello en Herat se encontraba desplegado un pequeño
contingente de hombres del ejército salvadoreño al mando de un Coronel, así
como un Tcol. de la USAF
que, entre otras cosas, también actuaba de enlace con las fuerzas aliadas.
De
conformidad con la misión que tenía encomendada el ANA sus efectivos realizaban
misiones de forma combinada con las tropas internacionales y también actuaban
de manera independiente según sus Unidades iban adquiriendo la capacitación
necesaria que recibían de los mentores internacionales.
El
relato protagonista de estas líneas recoge una misión de abastecimiento del ANA
sobre el que era uno de sus puestos de seguridad, para la que se requirió la
colaboración de la ASPUHEL
que debía prestar escolta a los helicópteros afganos del Destachament 1 del
444th.
Recibida
la misión en la oficina de operaciones de la ASPUHEL, analizada la misma y contestada de forma
afirmativa por el Mando, el siguiente paso era convocar una reunión previa con
el enlace de la USAF
y con los miembros del ejército salvadoreño que estaban mentorizando a las
tripulaciones afganas.
A
las 16:30 hora local llegan a la sala de reuniones de las dependencias
españolas un Tcol. Salvadoreño y dos Capitanes todos ellos pilotos de
helicópteros en su ejército y encargados de formar al personal de vuelo del
destacamento asentado en la base. Tras ellos y con algo de retraso llega el
Tcol. estadounidense, ex-piloto de B-1 y una figura algo intrigante para los
ojos del personal español debido a la extraña misión que parecía tener, además
de la conocida como “oficial”. Aún siendo el oficial de enlace resultaba a veces difícil contactar con él dentro del recinto pues desaparecía en ocasiones, sin
dejar rastro.
Con
todos sentados en la sala el Jefe de la Unidad de la ASPUHEL se presenta dando paso al resto de
asistentes para que hagan los mismo. Terminadas las presentaciones empieza el intercambio de información y datos sobre la misión a realizar.
...Se
requiere llevar a cabo el abastecimiento logístico del puesto avanzado de
observación del ANA situado en la base de Kolory, a 5 millas de la frontera de
Turkmenistán en el distrito de Koshk-e Kohnehy, considerado zona “caliente”
según los informes de inteligencia….
Por
este motivo, los helicópteros del ANA contaran con apoyo y protección durante
la fase de aproximación, toma, descarga y posterior salida del puesto avanzado,
y es aquí donde entran en juego los helicópteros españoles.
Dos Tigres y un
Cougar apoyaran a los helicópteros afganos, a más de 75mn de Herat en pleno
desierto afgano.
Durante
el briefing los militares salvadoreños explican a las tripulaciones españolas
las características de los aparatos afganos, los kilos de carga que
transportaran, su procedimiento operativo y los perfiles de vuelo que pretender llevar a lo largo de la
misión y en general, comentan lo más relevante y necesario para los pilotos
españoles.
Tras
esto se marcan las horas para el inicio de la misión y se establecen los
protocolos comunes a seguir.
Los
Mi-8 cuentan con una velocidad de crucero muy elevada y en este caso, van
a seguir un perfil de vuelo y un procedimiento propios que difiere del
realizado por la ASPUHEL. Por
estos motivos la misión se realizará con dos oleadas de helicópteros. Por un
lado saldrán en primer lugar los aparatos españoles. Con 40 minutos de
diferencia despegaran los aparatos afganos camino a la HLZ en la base de
Kolory.
Como
he comentado, la Task Force
española para esta misión se componía de una patrulla de Tigres acompañada de un
Cougar. La presencia del Cougar se debe a que este aparato ha de actuar como
helicóptero de enlace entre los helicópteros afganos y la patrulla de Tigres,
ya que estos últimos carecían de equipos de comunicación en HF. El Cougar se
posicionará sobre un punto determinado en altura para ejercer de relé y dar cobertura al resto de
aparatos involucrados una vez los afganos se aproximan hacia el
objetivo.
Amanece
la mañana del día 13 y a las 07:45am locales las tripulaciones españolas, tras
el desayuno, se encaminan a la
Unidad de Vuelo para empezar la misión con el correspondiente
briefing. El día anterior se asignaron los aparatos, se entregaron las balizas
y en la Unidad Tigre
se prepararon todos los detalles de la misión sin dejar nada al azar.
Las
dos tripulaciones de los HA.28 embarcan en la plataforma española, arrancan los
felinos y rondando atraviesan la pista 36/18 hacia la zona de municionado. Ahí
los esperan los especialistas para municionar el 30 milímetros de cada aparato.
Las tripulaciones en cabina con todos los datos cargados.
Mientras
tanto el Cougar permanece estacionado en su parking; los tiradores preparados y
los pilotos en cabina listos para el arranque. A las 09:15am locales el Jefe de
la formación española comunica con torre:
-!Torre de Herat de formación Black
Bear!
-¡Adelante Black Bear!
-¡Black Bear en plataforma para puesta
en marcha y copia de datos por favor!
-¡Black Bear, viento de 310 a 4 nudos, QNH 1022, pista
activa 36, responda en (frecuencia
transponder), autorizado para el arranque,
notifiquen listos rodaje!.
-!Ok torre; viento de 310 a 4 nudos, QNH 1022, pista
activa 36, responderemos en (frecuencia
transponder), notificaremos listos rodaje,
formación Black Bear!.
Terminado
todo el protocolo, a las 09:35am hora local los tres helicópteros españoles están
en estacionario sobre la pista. A la voz del Jefe de formación aplican
potencia, bajan el morro y tras el despegue se pone rumbo 020 dirección a
Kolory siguiendo una de las rutas marcadas.
Durante el vuelo dejamos la ciudad de Herat a las 9 de la formación y poco
después no tardamos en “adentrarnos” en el más puro desierto afgano.
Sobre
el mar de arena a los 75 minutos del despegue los tres helicópteros se
aproximan al punto marcado en las coordenadas. Como se organizó en el briefing,
los Tigre proceden directamente hacia la HLZ de los Mi8 mientras el Cougar
de enlace se coloca en su posición, toma altura y permanece orbitando a 2mn
aprox. del punto de toma de los afganos.
Los
tiradores del Cougar permanecen atentos cada uno en sus puestos con la vista
puesta en el terreno, pues aun estando sobre un desierto en el que desde
nuestro prisma podamos pensar que en este lugar no se puede habitar, Afganistán
tiene la capacidad de sorprender en este sentido, como pudo comprobar este que
escribe en las diferentes misiones realizadas a lo largo de todo el RC-West.
Durante
el vuelo hasta el punto de orbita sobrevolamos algún campamento nómada
compuesto por dos o tres jaimas que en mitad de la nada, hacían de ese pedazo
de arena un lugar habitable para sus moradores. Por otro lado, de vez en cuando
rodadas de vehículos que parecían trascurrir de ninguna parte hacia ninguna parte
en mitad de las dunas de arena atestiguan que en algún momento alguien ha
transitado por ese lugar que, ante nuestros ojos, está “vacío” por completo.
Para un occidental es difícil de entender esa forma de vida pues la población
asentada conocida más cercana distaba más de 50mn del punto en el que nos
encontrábamos.
Seguimos
orbitando en comunicación con los Tigre que vemos en la distancia esperando
el contacto con los helicópteros afganos; el aire que entra por las puertas es
caliente y el sol pica. Cada miembro de la tripulación a lo suyo y todo
trascurre según lo programado.
Pues bien, sobre el punto seleccionado para
realizar la órbita, a los 10 minutos de nuestra presencia el tirador derecho
comunica por radio:
“…localizada actividad a las 4 de nuestra
posición…” “…5 motocicletas con 5
hombres por debajo de nosotros…”.
En
ese momento el resto de tripulación y este que escribe estas letras nos hicimos
la misma pregunta; ¿de dónde coño han
salido esos tíos?
Los tiradores no pierden de vista a esos 5 motoristas pues, aunque
a simple vista desde el helicóptero se aprecien solo 5 hombres en moto, este
tipo de “contactos” se pueden convertir en verdaderos problemas para los
helicópteros.
Son
contactos muy ágiles y con capacidad para transportar de forma relativamente
sencilla un lanzagranadas RPG difícil de detectar desde la altura con el que
abrir fuego contra el helicóptero por lo tanto, con el arma siempre en “caliente” los tiradores
permanecen ojo avizor sobre “los motoristas del desierto”.
La
situación obliga a cambiar la posición para salir de la vertical y cercanía de
las motocicletas y de sus ocupantes, y volamos a un nuevo punto más seguro al
que se decide cambiar para seguir con la misión.
Trascurridos
unos minutos se recibe la comunicación escueta de la formación de helicópteros
afganos indicando:
…”20 miles…”
” …10 miles…”
El
Cougar trasmite la primera información a la patrulla de Tigres que se
encuentran asegurando la zona
Trascurridos
escasos 8 minutos se puede apreciar por el sur dos diminutos puntos volando muy
cerca del terreno y a gran velocidad; los Mi8 afganos están en aproximación.
Por la radio se escucha:
···Two minutes for the point….
El
Jefe de la patrulla Tigre que ya puede enlazar directamente con los afganos
comunica:
“…secured zone, we have you in sight 180
below our position …”
Poco
a poco se aproximan a la zona de toma situada en una vaguada entre colinas de
arena. En corta final se empieza a levantar la pertinente nube de polvo en
suspensión que durante unos instantes engulle al primero de los helicópteros
que toma tierra. Sobre él, el segundo Mi8 lo sobrepasa para tomar delante y a
la izquierda de su posición. La nube de polvo es visible a larga distancia.
Mientras
tanto los dos Tigre vuelan rápido y de forma agresiva sin quitar ojo a toda la
zona circundante. Los dos Guner no se separan del Strix encargándose de que aquella
zona en mitad de la nada fuera segura.
Curiosamente
lo que todos esperábamos fuera una base, partiendo del concepto que tenemos sobre
este terminó, resultó ser un pequeño edificio de reducidas dimensiones sobre
una de las cotas bajo las que tomaron los helicópteros afganos. Por la ladera
sur de esa cota en la que se sitúa el edificio del ANA se puede apreciar un
empinado camino que es de suponer, sería el acceso a dicho punto avanzado. No
arriendo la ganancia de aquellos que tuvieran que subir por dicho camino todo el
material helitransportado. Seguidamente a esta reflexión viene la pregunta de: ¿Por qué no han tomado sobre la cota de uno
en uno?
La
respuesta solo la tenían ellos.
Como
curiosidad decir que al norte de esta seudo base y a unos 1000 metros de
distancia, metidas en un valle paralelo se podían apreciar unas ruinas de
edificaciones que por su forma y estructura perfectamente podrían
corresponderse con las ruinas de una antigua base o puesto militar. De quién
lo fueron es otra historia.
Los
militares afganos descargaron los helicópteros bajo un sol de más de 45º y
terminado el trabajo, ambos aparatos despegaron de sus puntos para poner rumbo
sur y a gran velocidad salir de la zona de vuelta a Herat.
La nube de polvo vuelve a aparecer, los
Tigres pendientes de la maniobra, el Cougar deja su punto para poner rumbo al
sur hacía donde también volarán los Tigre tras la salida de los afganos para
reunirse con el Cougar en vuelo.
Los
helicópteros afganos siguieron su procedimiento de vuelo y volando bajo y muy
rápido pasaron por debajo de nosotros para perderse rápidamente en el horizonte.
Mientras, la formación Black Bear se agrupaba para volar de vuelta “a casa” y una vez
en el suelo de la plataforma de Camp Arena, dar por terminada una nueva misión.