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11 julio 2023

SEMINARIO DE VUELO

Francisco Francés Torrontera, redactor, fotógrafo freelance, defensa, ejército, aeronáutica, aviación, helicópteros, operaciones especiales, fotografía, redacción

Durante los días 3 al 7 de julio se llevaba a cabo en el CENAD de San Gregorio en Zaragoza el Seminario Internacional para la instrucción de vuelo en entornos áridos y tomas en polvo, organizado por las Fuerzas Aeromóviles de Ejército de Tierra (FAMET).
Liderado por el Batallón de Helicópteros de Transporte V (BHELTRA V), tomaron parte en dicho seminario personal y aparatos de los Batallones I, III, IV y V de las FAMET, y se contó con la participación de tres ejércitos extranjeros que desplegaron hasta nuestro país seis helicópteros CH47 Chinook. Desde Italia, el 1er Reggimento “Antares” de la Aviazione dell'Esercito (AVES) desplegó uno de sus CH47F, desde Reino Unido el 27 SQN de la Royal Air Forces (RAF) participó con dos CH47 Mk.VI y desde Países Bajos, el 298 SQN perteneciente al Defensie Helikopter Commando (DHC) de la Royal Netherlands Air Force (RNLAF) lo hizo con tres de sus CH47F. 
Estas tres unidades que junto al BHELTRA V formaron un escalón de vuelo Chinook, llegaron a España la semana anterior para concentrase en la base de Colmenar Viejo donde establecieron las pautas previas para el posterior despliegue al CENAD el día 3.




 
 
 

Durante las dos últimas décadas la Alianza Atlántica, así como varios de sus socios también de forma individual, han desplegado fuerzas militares en países como Afganistán, Irak, Siria o Malí para llevar a cabo unas misiones que obligaron a realizar grandes cambios en el seno de los ejércitos de los países que componían dichas fuerzas.
Fue necesario replantear y modificar las estrategias para desplegar en zonas remotas durante largos periodos de tiempo y de forma autónoma. Se tuvieron que crear y desarrollar nuevos procedimientos operativos para la actuación sobre entornos tan hostiles como son las zonas desérticas, se debió trabajar para modificar los materiales y equipos para su adaptación al medio, y se tuvo la necesidad de desarrollar y fabricar otros nuevos con los que mejorar la seguridad en la misión. En general, fueron necesarios cambios en toda la escala piramidal de las estructuras militares que participaron en los conflictos de mayor intensidad acaecidos durante estas dos décadas del siglo XXI.

Uno de los medios que se convirtió en fundamental, precisamente por los características de los entornos en los que debían operar las fuerzas internacionales, fue el helicóptero. Operaciones sobre terrenos áridos sin infraestructuras terrestres que permitieran la movilidad de fuerzas de una forma rápida y segura, así como localizaciones enemigas en zonas remotas de alta montaña, hicieron que los helicópteros fueran utilizados de forma masiva para poder llevar a cabo la práctica totalidad de las operaciones terrestres.
Pero el empleo del helicóptero en aquellas zonas no era, y no es, algo que pueda darse en cualquier momento y bajo cualquier circunstancia. Son precisamente estos entornos y sus condiciones meteorológicas y climáticas los que más condicionan su utilización. Las temperaturas reinantes en esos países mencionados con unas muy elevadas altitudes de densidad, las grandes alturas a las que se debía operar en determinadas zonas de la cordillera al norte de Afganistán, y los entornos desérticos de estos países con un continuo polvo en suspensión, obligaron a crear nuevas formas de trabajar y a perfeccionarlas constantemente. Los riesgos inherentes a este tipo de vuelos se hacían patentes, y las fuerzas internacionales sufrieron un elevado número de bajas en accidentes de helicóptero en los que el efecto "brown out" fue el condicionante de muchas de esas pérdidas. Las tomas en polvo se convirtieron en un serio problema para las tripulaciones de helicóptero.

Cada ejército perfeccionaba y creaba procedimientos nuevos para el empleo de sus unidades de helicópteros en base a las experiencias adquiridas, pero la interoperabilidad de las fuerzas aliadas requería cambios también a niveles superiores. A tal efecto y tras los contactos necesarios la OTAN creaba en la primera década del 2000, un grupo de trabajo cuyo objetivo sería la búsqueda de la mejora de las capacidades de los países socios y de sus PFP (Partners for Peace), para operar de forma segura y efectiva durante las operaciones en las que se generaban condiciones visuales degradadas como es el caso del "brown out". Los ejércitos aliados compartieron información y procedimientos para las maniobras de toma y despegue, realizaron estudios sobre nuevas tecnologías aplicables a este ámbito, y crearon protocolos de actuación para la mitigación de riesgos durante estas fases del vuelo.
A partir de ahí cada país adecuaba sus operaciones aplicando, a los procedimientos propios, aquellas doctrinas creadas de forma conjunta con la intención de mejorar la seguridad durante las operaciones en el desierto.

Momento de la toma y pérdida de  referencias exteriores debido al efecto brown out producido por la nube de polvo 

Han pasado los años y el factor riesgo durante estas operaciones sigue siendo muy elevado. Se han diseñado nuevos equipos que permiten monitorizar de forma limitada el terreno, los helicópteros más modernos cuentan con ayudas al pilotaje que minimizan en gran medida los riesgos durante algunas fases del vuelo pero aun así, el factor humano sigue siendo fundamental.
Quizá en un futuro, no sabemos si a medio o largo plazo, sea necesario que fuerzas internacionales vuelvan a tener que proyectarse en algún lugar del globo para llevar a cabo nuevas operaciones militares, y quizá deban hacerlo otra vez sobre entornos como los descritos en estas líneas.
Para esto es necesario que en tiempos de Paz los aliados trabajen y cooperen en todo aquello que se entienda fundamental y este seminario realizado por las FAMET, la AVES, la RAF y el DHC de la RNLAF es una muestra de buen trabajo.


El CENAD de San Gregorio tiene muchas peculiaridades, y una de ellas es la de convertirse en verano en un entorno hostil con unas condiciones climáticas y meteorológicas muy similares a las que se dan en determinados países africanos y del medio oriente. Las elevadas temperaturas del valle del Ebro y la aridez del terreno son el complemento perfecto para disponer de polvo durante las operaciones con helicópteros. Este año la mala suerte, asociada a la mala meteorología con tormentas durante el primer día, cambio las condiciones del campo eliminado algunas de las zonas de polvo que se dan por todo el recinto. El calor de los sucesivos días aceleró el secado del terreno pero aun con todo, determinados sectores en los que se dividió el CENAD para el vuelo, no tuvieron las mejores condiciones para la práctica de los procedimientos de toma bajo el efecto "brown out". Por suerte, en varias zonas de otros de estos sectores las condiciones si fueron adecuadas para que las tripulaciones pudieran poner en práctica los procedimientos con los que enfrentarse a las incómodas y complicas tomas en polvo.





Ubicados en la zona de vida del campo de maniobras con la intención de trabajar simulando unas condiciones similares a las que se pueden dar en una FOB, las jornadas de trabajo estuvieron compuestas por diferentes briefings en los que, por un lado, se compartieron los procedimientos para tomas en polvo que cada contingente tiene estandarizados en base a las características de sus aeronaves y de las “lecciones aprendidas”, y se trabajó también en la planificación de operaciones con helicópteros a nivel patrulla sobre entornos áridos. Yendo de menos a más con la intención de cohesionar a las tripulaciones para la operación conjunta, se realizaron vuelos en patrullas mixtas con diferentes modelos de helicópteros para la puesta en práctica de los procedimientos de vuelo táctico, táctico en patrulla, reconocimientos y tomas en polvo individual y en patrulla, de día y de noche.


   

Los operadores de Chinook también llevaron a acabó maniobras de tomas parciales con tren trasero sobre terrenos irregulares, maniobra esta característica del CH47 para la recuperación de personal en zonas remotas y de difícil acceso. Interesante ha sido ver trabajar de forma conjunta cuatro de los seis ejércitos que operan el CH47 Chinook en Europa, a falta de los ejércitos griego y turco.





El seminario terminaba su parte práctica, con una fase de planificación por parte de los escalones de vuelo para el desarrollo de una misión de vuelos tácticos y tomas en polvo de tres patrullas de helicópteros que, de forma independiente, volarían en formación por los sectores establecidos y de forma rotativa, de tal forma que todas las patrullas pudieran evolucionar sobre los diferentes tipos de terreno de dihcos sectores.






Además de los procedimientos de vuelo, en este seminario se compartieron experiencias y procedimientos relacionados con el mantenimiento de las aeronaves sobre estos entornos áridos, y los operativos de tiradores y operadores de carga que a pie de helicóptero conocieron sus diferentes equipos, sistemas y formas de trabajo.



En definitiva, un seminario este que ha servido para la puesta en conocimiento común de procedimientos operativos específicos diferentes, para la ejecución práctica de dichos procedimientos, para acercar posturas y conocer la idiosincrasia del personal de las diferentes unidades extranjeras, así como sus capacidades operativas y logísticas.

Si después de este artículo quieres conocer algo más sobre este interesante tema, conocer qué supone para las tripulaciones volar en entornos áridos con polvo en suspensión y elevadas temperaturas, cuáles son los efectos físicos que produce sobre ellas, los riesgos, y los procedimientos de vuelo de una forma más técnica y detallada, en los siguientes enlaces podrás hacerlo.
Te llevaran a sendos artículos de mi blog escritos con anterioridad para que el lector conozca de una manera más profunda qué son los Degraded Visual Environment (DVE) o Entornos Visuales Degradados que se generan, como hemos visto en este articulo, durante las tomas en polvo, y también durante las tomas en nieve, u operando sobre el agua.






14 junio 2023

Helocast

 Francisco Francés Torrontera, redactor, fotógrafo, freelance, fotografía, ejércitos, aeronáutica, helicópteros, operaciones especiales, defensa, ejércitos,

A pocas semanas para su finalización, el Curso de Operaciones Especiales realizó el pasado día 8 de junio un training Helocast en colaboración con el Batallón de Helicópteros de Maniobra III (BHELMA III) de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET), que desplegó uno de sus HT-29 Sarrio hasta el pantano de El Grado en la provincia de Huesca. Es en esta localidad donde la Escuela Militar de Montaña y Operaciones Especiales (EMMOE) lleva a cabo esta instrucción que se enmarca dentro de la fase de agua del curso.

Desde inicios de este siglo XXI el término anglosajón Helocast se fue incorporando al lenguaje de nuestras Unidades de Operaciones Especiales (UOE) que lo utilizan para designar el tipo de maniobra en el que, unidades de diferentes entidades (equipos, patrullas, pelotones), se infiltran y exfiltran en una zona determinada saltando desde un helicóptero a baja altura bien en aguas interiores, o bien en zonas de costa.

Sin pretender ser este un texto detallado de los procedimientos Helocast, sino más bien un acercamiento simple a las diferentes técnicas que se realizan en el mismo, explicaré de forma resumida aquellas más extendidas y conocidas.

Entre las capacidades atribuidas a las UOE está la de realizar infiltraciones y exfiltraciones sobre territorio enemigo para, posteriormente, ejecutar el tipo acciones que requiera la misión. Para ello el uso de vías fluviales interiores y de aguas costeras proporciona una velocidad, flexibilidad y sigilo que ha favorecido su explotación con diferentes medios, generando nuevas doctrinas que han llevado a perfeccionar los métodos para realizar operaciones desde estos entornos. Para llevar a cabo estas operaciones en agua existen varias técnicas, comenzando con la más básica en los que los operadores realizan su movimiento nadando en superficie. También se pueden ejecutar utilizando botes sin motor, con motor, o combinando estas técnicas mediante el Helocast.
La utilización de un método u otro vendrá determinado una vez que los equipos operativos hayan analizado la misión, examinado el objetivo y estudiado las zonas de desembarco. A eso hay que sumarle factores como son la hidrografía de la zona, las corrientes, la vegetación del lugar, las mareas si se opera en zona de costa, la situación del enemigo en el momento de iniciar la operación, las ayudas a la navegación que se dispongan, la distancia al punto de desembarco y, por último, se deberá establecer la vía de salida del objetivo. Con todo esto la planificación intentará seleccionar una ruta que aproveche el terreno accidentado y normalmente inaccesible para disminuir la posibilidad de detección por parte del enemigo, aumentando el efecto sorpresa y la ventaja que ofrece la iniciativa.



HELOCAST
El Helocast puede ser un medio efectivo para llevar a cabo las mencionadas operaciones de infiltración y exfiltración de equipos, aprovechando las especiales capacidades de vuelo del helicóptero que le permiten volar bajo, lento y hacer estacionario, además de aportar rapidez en los desplazamientos y salvar el terreno y la orografía para poder posicionar a las UOE tras las líneas enemigas.
El vuelo bajo, siguiendo el perfil del terreno para ocultarse y apantallar el ruido de rotores y motores, unido a las diferentes capacidades de carga de los distintos modelos de helicóptero, hacen de este medio y del equipo operativo de OE un binomio perfecto para este tipo de operaciones.
El tipo de misión será la que determiné la entidad de fuerza requerida para llevarla a cabo, lo que se traduce en la necesidad de infiltrar/exfiltrar solo hombres, u hombres con embarcaciones.

En el primero de los casos los operadores, llegado a la zona de salto y con el helicóptero a una velocidad aerodinámica no superior a 10 nudos y una altura de unos 15-20 pies, saltarán del aparato con su equipo individual e iniciarán a nado y de forma autónoma el movimiento hasta el objetivo.
En el segundo de los casos, operación con embarcación, es fundamental contar con el tipo de helicóptero que disponga de capacidades para poder helitransportar los modelos de embarcaciones con los que están dotadas las UOE. En función del tipo y la condición en la que se transporta dicha embarcación, existen técnicas diferentes para llevar a cabo el Helocast.

  
 
 

  

Si el operativo cuenta con helicópteros en los que resulta imposible transportar la embarcación inflada, la operación es denominada Rolled Duck. En este caso se vuela con ella en el interior del aparato, desinflada y totalmente enrollada, lo que significa que los operadores una vez lanzada y en el agua, deberán inflarla utilizando bombas de hinchado.
Si por el contrario se dispone de un helicóptero con capacidad para transportar la embarcación parcialmente inflada, la maniobra es conocida como Soft Duck. Igual que en el caso anterior, los operadores utilizaran bombas una vez en el agua para inflar completamente la embarcación, con la diferencia en este caso de que el tiempo invertido en la maniobra será menor.

  
 

Y, por último, si la misión se realiza con un helicóptero cuyas capacidades permitan helitransportar la embarcación en condiciones operativas y lista para navegar en el momento de llegar al agua, la maniobra se conoce como Hard Duck. El lector habrá podido ver en alguna ocasión como las embarcaciones son lanzadas por las rampas traseras de helicópteros Chinook, o también desde la parte inferior de aparatos modelo H-60 de algunas unidades de helicópteros de OE del US Army y la USAF.

 
       

Como vemos, la cosa va de patos. Acertado el nombre asimilado a esta ave acuática.

Todas las misiones tienen un principio y un fin y como no podía ser de otra manera, el equipo operativo necesitará ser “sacado” de Zona, y puede tener que realizarse la operación también desde el entorno acuático. Para ello el Helocast tiene varias técnicas que permitirán recuperar solo hombres, o los hombres con su embarcación.
Si el equipo se recupera al punto de reunión nadando por sus medios y una vez el helicóptero los ha localizado, si la zona, las condiciones de la misión y la meteorología lo permiten, se exfiltrará ascendiendo mediante escala lanzada desde el helicóptero. Este medio requiere de una técnica depurada pues es sumamente exigente en términos físicos por varios motivos. Con el helicóptero en estacionario sobre el agua a 15 pies es necesario nadar con fuerza para colocarse bajo el mismo y salvar el rebufo que, debido a la velocidad/fuerza desplazará a los hombres lejos de la escala. Por otro lado, una vez alcanzada es necesario saber coordinar los movimientos de piernas y brazos para utilizar todas las extremidades por igual. Al ser una escala flexible lo normal es que doble a la altura de los pies lo que suele provocar que se “tire” de brazos para ascender. El peso del hombre, el de su equipo y el “añadido” de ir mojado pueden jugar una mala pasada con las fuerzas. Para evitar que la escala doble los hombres que permanecen en el agua la sujetan con fuerza para darle la mayor tensión posible durante el ascenso. Ayuda esta con la que no contará el último hombre que deberá poner a prueba la técnica aprendida.

 
 

  

Por otro lado, puede darse el caso que el punto de extracción se encuentre en una zona confinada con terreno o vegetación en los flancos, que impiden un estacionario bajo del helicóptero para recuperar al equipo mediante escala. En tal caso la técnica a usar pasaría por realizar un Spie-Rig que, en un entorno acuático se denomina wet-Spie. Una maroma enganchada al gancho varicéntrico, o a una instalación de anclaje colocada en la zona del gancho central en el caso del Chinook, o en los soportes especiales instalados en la bodega de carga del nuevo CH47 Foxtrot, sirve a los operadores para, mediante las equipaciones especiales de los operadores (chaleco), anclarse a la misma. Una vez asegurados a la maroma el helicóptero tomará la altura necesaria para sacarlos del agua, salvar todos los obstáculos de la zona y, controlando en todo momento una velocidad adecuada, "sacar" al equipo lo antes posible.

 

Pero si la misión se inició utilizando embarcaciones con las posibilidades que ya hemos visto en líneas superiores, en la exfiltración puede ser necesario tener que recuperar dichas embarcaciones y en este caso, es fundamental contar con helicópteros con capacidad para ello. Normalmente esta maniobra se realiza con helicópteros pesados CH-47 Chinook cuyas  especiales características, con su sistema de rotor en tándem y el trasero muy elevado,  permite la aproximación y embarque por su cola. Esto, unido a su capacidad de flotación (limitada) y de inundar parcialmente su bodega de carga, hacen posible el embarque directo a la misma con velocidad de navegación de la embarcación. Con el helicóptero en el agua a velocidad de 5-10 nudos, la rampa de cola sumergida y la bodega inundada parcialmente, el equipo accede directamente con su embarcación al interior del Chinook. Ni que decir tiene que esta maniobra es factible cuando los medios utilizados son tipo zodiac inflables cuyas dimensiones hagan posible esta maniobra.

 
 

Siendo esta la técnica más común para la recuperación con embarcación, existe una segunda para la exfiltración de equipos con lanchas rígidas de dimensiones superiores que solo realiza una unidad de helicópteros determinada. Se trata del 160 SOAR (Special Operations Aviation Regiment) del US ARMY cuya única misión, es la de apoyar a las UOE norteamericanas con sus helicópteros ligeros, medios y pesados. Su grado y nivel de instrucción y, sobre todo, sus medios, le hacen capaz de realizar infiltraciones/exfiltraciones con embarcaciones grandes y rígidas, utilizando sus helicópteros pesados Chinook MH-47G especialmente diseñados y adaptados para su misión de OE, siendo los únicos operadores de esta variante de helicóptero.
Para la infiltración el equipo operativo vuela a bordo del Chinook que, mediante carga externa helitransporta la embarcación con la que se va a llevar a cabo la misión. Una vez en Zona y con la misma todavía enganchada, los operadores descienden en fast-rope a través del túnel del gancho central hasta dicha embarcación que será desenganchada una vez todos ellos a bordo. A partir de ahí, cada parte del operativo a lo suyo.

Para la exfiltración, una vez en el punto de reunión en contacto con el helicóptero que los espera en estacionario, el propio equipo operativo que está instruido para ello, engancha la embarcación que opera con sus propias eslingas para, una vez estibada a los ganchos del aparato, recuperarse los operadores ascendiendo al helicóptero utilizando una escala a través del túnel del gancho central.