El trabajo conjunto que realizan las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET) y el Mando de Operaciones Especiales (MOE) se ve ahora potenciado con la certificación de procedimientos para la ejecución de tiro de precisión desde el helicóptero NH-90/HT-29 llevada a cabo durante los últimos días de febrero.
El tiro de precisión desde helicóptero es un procedimiento especial y como tal, previamente a la estandarización de esta maniobra es necesaria la elaboración de un protocolo de ejecución en el que recoger las normas de operación generales para trabajar con, y desde los diferentes modelos de helicópteros de dotación en las fuerzas aeromóviles.
Estas dos unidades de nuestro ejército tienen experiencia conjunta en el tiro de precisión desde helicópteros HU-21/HT-27 Super Puma/Cougar, que en su día también se inició con la elaboración y redacción de las normas operativas para el uso de estos dos modelos de helicóptero. Ahora, con la intención de aumentar las capacidades, y en el desarrollo de una nueva colaboración entre ambas unidades, se han elaborado las normas de operación que van a permitir la ejecución de fuegos de precisión desde el helicóptero HT-29 tanto en ejercicios de instrucción y adiestramiento, así como en operaciones reales bajo condiciones meteorológicas visuales y en los arcos diurno y nocturno.
La elaboración de la norma operativa no es sino la redacción de un documento en el que se aglutinan todos los aspectos técnicos importantes, tanto de configuración como de operación y limitaciones, que son necesarios para poder realizar la misión de forma satisfactoria y con los máximos niveles de seguridad y eficacia. Cada una de las partes aporta las experiencias propias que se unifican en una fase inicial denominada “en seco” tras la cual, se lleva a cabo una segunda fase de prácticas, vuelos y tiros necesarios con los que consolidar los procedimientos hasta ese momento elaborados.
En el desarrollo de esta norma se recogen, por un lado, las capacidades y limitaciones que tienen que ver con el ámbito aeronáutico es decir, las concernientes a la aeronave y su tripulación como son: la configuración del aparato, limitaciones de operación y tipos de maniobras cuyo estudio corresponde realizarlo al personal de las FAMET. Por otro lado, se recoge todo lo relacionado con las necesidades y requerimientos de/y para los tiradores de precisión a bordo y que comprende desde sus equipos y materiales específicos, distribución en cabina, seguridad para su ubicación y posición, hasta las comunicaciones y tipos de maniobra siendo en este caso el MOE el encargado de realizar el procedimiento requerido.
En el ámbito aeronáutico podemos destacar como datos importantes a recoger en el documento los relacionados con las prestaciones que ha de cumplir el helicóptero. Por un lado, se determina el peso máximo para realizar estacionario fuera del efecto suelo (HOGE), por otro la velocidad ascensional óptima a partir de una determinada velocidad inicial, y la velocidad de mejor tasa de ascenso con fallo de un motor (OEI) para vuelos diurnos. Por último, se calculan esos mismos parámetros para la ejecución de las operaciones en el arco nocturno con medios GVN.
Acerca de la configuración del helicóptero se redactan también las especificaciones que tienen que ver con las posiciones de tiro de los tiradores a bordo.
En función del tipo de misión, puede requerirse tener que instalar armamento de autoprotección en el aparato, lo que limitará el movimiento a diferencia de aquellas misiones en las que embarcan solo lo tiradores de precisión teniendo la cabina de carga diáfana. Para este caso se ha desarrollado el procedimiento determinando que se realizará el fuego desde la puerta opuesta a la que instala la ametralladora de autoprotección. El procedimiento será similar si la misión requiere realizar la inserción de equipos de OE´s utilizando los medios y sistemas para fast rope o rappel, ubicados en una de las dos puertas.
Respecto a las posiciones de tiro de los tiradores son dos las que se establecen en función de las necesidades de estos; sentado, y tendido pues la cabina del HT-29 es lo suficientemente amplia para poder ejecutar el tiro en esta última posición si no se instalan los equipos arriba mencionados.
Parte fundamental en el desarrollo de la norma es la relacionada con los tipos de tiro a ejecutar, que estarán determinados por factores como la situación táctica de la misión, el entorno y orografía sobre la que se lleva a cabo el vuelo, y las condiciones meteorológicas. Así pues, y atendiendo a los factores mencionados y a las necesidades de los tiradores, el tiro se contempla ejecutarlo desde vuelo estacionario, en vuelo traslacional, en movimiento/traslación con guiñada de unos grados establecidos, lateral en traslación y, combinado entre estacionario y en movimiento.
Cada uno de estos procedimientos tiene sus ventajas e inconvenientes que han de ser estudiados previamente por la tripulación y el equipo de tiradores durante la preparación de la misión. Así pues, el tiro desde estacionario se realizará teniendo en cuenta las prestaciones de la aeronave y sus capacidades para poder realizarlo, la meteorología y, sobre todo y muy importante, el grado de vulnerabilidad al que se enfrentan en esta condición de vuelo. Por su parte y para el tirador, desde estacionario se le favorece que la adquisición de objetivos sea más larga y tranquila aumentando el grado de eficacia.
Respecto al tiro en movimiento o traslación,
este lo determinan fundamentalmente las condiciones meteorológicas, la
orografía y, sobre todo, la situación táctica de la misión a lo que se le añade el hándicap que implica el movimiento a la hora de hacer
fuego. Por otro lado, el tiro traslacional con guiñada
de los grados establecidos aporta las ventajas de superveniencia que
proporciona el movimiento, favorece la efectividad del
tiro pues evita al tirador modificar su posición respecto al blanco pero a su
vez, le obliga a modificar el alcance según vaya acercándose al mismo.
Acerca de los dos últimos
procedimientos establecidos, en el lateral el tirador sufre el problema inverso al sufrido
en el de guiñada, ya que este debe modificar su posición según se avance lateralmente respecto al objetivo, pudiendo mantener por el contrario la distancia
constante.
Y, por último, el tiro con vuelo combinado ofrece la seguridad del
vuelo táctico oculto y protegido por el terreno, con la posibilidad de realizar
frenados tácticos para detener el mismo y abrir el fuego bien antes de la
parada completa, o bien una vez alcanzado el estacionario.
Recogidos los procedimientos descritos hasta ahora, las siguientes materias que se regulan con la norma son las que tienen que ver con los equipos y materiales específicos para la misión y seguridad de los tiradores. En esta parte se detalla todo lo relacionado con las líneas de vida, anillo de seguridad, arneses, anillas, eslingas y cintas, bancos, sistemas de comunicaciones, y el procedimiento de supervisión y revisión de todo lo instalado. En base a las configuraciones disponibles en el HT-29 para el montaje de los sistemas de seguridad y líneas de vida, la tripulación y tiradores determinarán las instalaciones más adecuadas para que las posiciones de los tiradores cuenten con las medidas de seguridad necesarias, a la vez que se recoge también el detalle de montaje de los sistemas de apoyo de las armas y su colocación en el helicóptero. Hablamos de la utilización del puf como elemento de apoyo adicional para el tirador, y de las cintas colocadas en la puerta en forma de X, o los cordinos o cintas en V sobre las que reposar el arma.
La finalidad de una norma operativa es la de no dejar nada a la improvisación y consensuar los procedimientos para, en este caso, desarrollar misiones entre dos unidades distintas que se unen para llevar a cabo operaciones específicas. Para la ejecución de cualquier misión/operación militar el primer paso a dar es el de preparar dicha misión. Como parte fundamental, la norma recoge todos aquellos aspectos necesarios de valorar en la preparación y sus formas de estudio.
En lo que deberá ser un trabajo previo de gabinete realizado entre el comandante de aeronave y su tripulación y el/los tiradores de precisión, se estudia en detalle la inteligencia disponible acerca de los posibles objetivos y sus características, de tal forma que se puedan determinar distancias al blanco, vientos y ángulos de inclinación, así como las velocidades máximas y mínimas durante el vuelo, cambios de posiciones, zonas de seguridad o de posible apantallamiento, etc. Con este estudio realizado y comprobada la situación táctica de la misión será en un briefing final “bajo las alas” donde se recordarán los puntos específicos que todo el personal deberá conocer antes de dar comienzo a la operación. Atendiendo a las responsabilidades atribuidas a cada parte y miembro del equipo recogidas en el procedimiento, le corresponde al comandante de aeronave, valoradas todas las opciones, la responsabilidad para determinar la viabilidad de realizar la misión, o de no ejecutarla, llegado el momento de iniciar la misma en base a su criterio y a los niveles de seguridad que en ese momento se den.
Estipulada la preparación de la misión, la siguiente regulación es la que recoge todos los aspectos relacionados con la ejecución de esta. Hablamos, por un lado, de cada uno de los cometidos que tiene atribuidos la tripulación, desde el comandante de aeronave hasta los terceros tripulantes y/o tiradores (en este caso el término tirador hace referencia a los tiradores de las ametralladoras de autoprotección, si se instalan), así como los otorgados al equipo de tiradores de precisión que estará compuesto por el/los propios tiradores, el/los observadores y, el Jefe del equipo de tiradores o coordinador de fuego si se da el caso que el mismo va embarcado.
Un equipo de trabajo multidisciplinar como es el que se crea para llevar a cabo las misiones de tiro de precisión desde helicóptero, trabajando en un entorno reducido como es la aeronave, con ambiente muy ruidoso, ejecutando operaciones que pueden ser complejas, rápidas, agresivas y con elevados niveles de peligrosidad todo, desenvolviéndose en la tercera dimensión, está obligado a saber comunicarse de una forma concisa que permita identificar las órdenes y voces de forma clara y meridana evitando momentos de confusión o descoordinación. Para que esto sea así la norma concluirá este procedimiento específico recogiendo los tipos de comunicaciones y fraseología necesarias con los que interactuaran todos los componentes abordo, diferenciando entre aquellas que deban darse entre el comandante de aeronave y tiradores de precisión, y las necesarias entre estos últimos y resto de tripulación. Las comunicaciones y voces entre comandante de aeronave y tiradores se utilizarán fundamentalmente para marcar los estados de las armas y autorizar el fuego, avisar de los tiempos estimados hasta el objetivo y de las maniobras que se van a realizar. Mientras que las comunicaciones entre tiradores y resto de tripulación harán referencia a la localización, o no, del blanco por el observador o tirador, su ubicación y estado, a los tipos de maniobra requeridos para que este pueda realizar fuego sobre el objetivo, aviso para realizar fuego, a la situación del objetivo tras el disparo y en general, a todo lo concerniente con la actividad propia del tirador durante su cometido en la misión. Es en este punto donde toma toda su relevancia la frase que reza aquello de:
La efectividad del procedimiento se basa en la compenetración del equipo que lo pone en práctica.
Con esta nueva certificación se da un paso más en la mejora del trabajo conjunto que lleva a cabo el binomio helicópteros/operaciones especiales. Se adquiere una capacidad sobre una nueva aeronave que se incluirá en el manual específico de procedimientos que se ha de seguir desarrollando y perfeccionando para alcanzar los estándares deseados de operación e integración de una SOATU-RW (Special Operations Air Task Unit Rotary Wing en las misiones de operaciones especiales en las que se requiera la participación de nuestro Ejército de Tierra.
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