Texto: Fco. Francés Torrontera
Fotografías: Fco. Francés T. - Fuentes abiertas internet
La invasión rusa de Ucrania en 2022 supuso en aquel momento, sin que fuéramos conscientes de ello, el inicio del fin de la sensación de seguridad y estabilidad que teníamos interiorizada en Europa. Y no solo supuso el fin de esa falsa sensación, si no que efectivamente suponía el fin de la propia seguridad que, durante las décadas posteriores a la guerra fría se había conseguido consolidar frente al bloque soviético, posteriormente ruso, que habíamos dejado de ver como una amenaza para convertirlo en “socio”.
Han sido muchos años en los que Europa, gestionada por las diferentes ideologías políticas que la han gobernado, concedía a Rusia un enorme papel protagonista en cuestiones de carácter estratégico para el continente. Esa pésima gestión, muchas veces realizada de forma interesada y partidista por sus responsables, ha dado como resultado que hoy estemos subordinados ante el gigante ruso con una de las dependencias más peligrosas a las que Europa va a tener que hacer frente. La dependencia de bienes primarios y fundamentales para la sociedad como son las energías.
La posición a la que se ha encumbrado a un tirano como Putin, personaje con aires de grandeza que recuerdan las épocas más pretéritas y duras del imperio rojo, ha sumergido a Europa en una posición de debilidad que se creía superada. Debilidad que ahora vemos se fraguaba mientras el timón de la gestión europea, que ahora comprobamos ha sido cuando menos pésima, ha hecho que la misma se cuele de nuevo en el viejo continente.

Un análisis de esto que aquí se menciona de forma muy somera podría dar para muchas páginas, pero no es el tema de este artículo.
A las consecuencias que todo esto ha provocado, por todos conocidas y que no hace falta detallar, se le une la llegada a la presidencia de EEUU, socio, aliado y protector de Europa desde la década de los cuarenta del siglo pasado, del presidente Donald Trump.
El nuevo gabinete norte americano y las políticas que traen de la mano para con Europa, ya advertidas también en su anterior mandato, han redefinido las relaciones transatlánticas. Dos son los puntos importantes que ha puesto encima de la mesa el presidente Trump nada más llegar a la casa blanca, que nos afectan de lleno.
Implantación de aranceles en las transacciones comerciales, pospuestos temporalmente que no suspendidos, y la petición del incremento del gasto militar de los países socios de la Alianza Atlántica, condicionado a la continuidad del apoyo militar que EEUU vaya a seguir brindando a Europa.
Por otro lado, se ha materializado también un distanciamiento en el apoyo militar y económico estadounidense a Ucrania, que a su vez aumenta la inseguridad en el continente frente a las beligerancias rusas. Esto también continuará supeditado al tipo de acuerdo que ambos países han firmado para la explotación de los yacimientos de “tierras raras” por parte de EEUU, en algunas zonas de Ucrania.
La inestabilidad económica, financiera, energética y de seguridad en la que se encuentra actualmente Europa han motivado que, a un ritmo que no se corresponde con la gravedad de los hechos, las autoridades políticas de la comunidad empiecen a mover ficha, aunque de forma no unánime, pese a la situación.
A las manifiestas vulnerabilidades y dependencias de la Unión, se la suman las grietas internas que se generan debido a la falta de respuesta unánime para establecer políticas de defensa estables y eficaces.
En relación a la defensa, y ante la incertidumbre generada sobre el apoyo estadounidense, el mes de marzo la Comisión Europea diseñaba el llamado plan "ReArm Europe", con el que se pretende destinar 800.000 millones de euros al reforzamiento de las capacidades militares europeas. Con esta iniciativa se pretende reducir la dependencia de terceros países para la adquisición de equipos y materiales de defensa, a la vez que se quiere impulsar la industria europea del sector.
Este, que sobre el papel podría parecer un plan lógico, vemos que se enfrenta a diferentes hándicaps ante los que parece no se presta la atención necesaria.
Vemos como países de mucho peso dentro de la comunidad están creando en paralelo al plan europeo, proyectos de I+D de tecnología militar. Hablamos de Alemania, Francia Italia, Suecia o Polonia.
A este respecto, Alemania ha cambiado sus políticas y doctrinas de contención del gasto implantadas tras la segunda guerra mundial, para crear unilateralmente un fondo de 100.000 millones de euros destinado a reestructurar y potenciar sus fuerzas armadas.
En paralelo a esto, países como Suecia o Finlandia se han incorporado a la OTAN, incrementando así la influencia estratégica de la alianza en el mar Báltico
Con todo esto, desconocemos la implicación actual para con el plan "ReArm Europe" de los países comunitarios, lo que no facilita una idea clara de cuales van a ser los resultados del mismo a corto plazo.
Otro de los grandes restos que afrontar es el que supone la falta de interoperabilidad de los ejércitos europeos que siguen fragmentadas en lo que a doctrinas, sistemas y logística se refiere, y que a día de hoy hacen imposible la activación de un ejército europeo conjunto con capacidad de respuesta militar a corto plazo
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Una guerra larga en Ucrania que agota las capacidades logísticas de la Unión, la amenaza constante, la inestabilidad prolongada en el tiempo, y la reaparición de la guerra convencional, en combinación con los conceptos de guerra híbrida, es lo que en el viejo continente tenemos que afrontar recordando tiempos pasados.
El modelo de enfrentamiento bélico cambia. De la guerra asimétrica a la que se debió hacer frente desde principios de este siglo, que requería estructuras con capacidad de proyección para enfrentar al enemigo fuera de las fronteras territoriales de occidente, es necesario volver ahora a las doctrinas de disuasión y de defensa territorial para proteger nuestro territorio comunitario y con ello, nuestra seguridad y estabilidad.
Gestionar todo lo descrito es en lo que ahora vuelcan sus esfuerzos los gobiernos europeos. Esfuerzos que sería deseable fueran mostrando, sin mucho tardar, una acción coordinada, unánime y de consenso que otorgue una posición de liderazgo en la comunidad europea.
Sin lugar a duda es necesario invertir esfuerzos y recursos para hacer frente a esta delicada situación que sufrimos en nuestro continente, pero es necesario hacerlo también sin dejar de lado la que desde el inicio de este siglo ha sido la gran amenaza de occidente; la amenaza terrorista islamista.
Esta, ha ido reduciendo su intensidad a lo largo de esta segunda década, pero no ha desaparecido, se ha transformado. La amenaza yihadista persiste en 2025 con nuevas formas que le permiten evolucionar adaptativamente y muy importante, de forma descentralizada.
En Europa se ha ido gestando durante la última década una elevada radicalización de una parte de la población, en su mayoría segundas generaciones nacidas en Europa de inmigrantes árabes y musulmanes asentados en nuestra comunidad que, aunque en su mayoría no pertenecen a organizaciones terroristas internacionales, actúan de manera individual o en pequeños grupos altamente radicalizados, perpetrando atentados contra la población civil. Conocidos como “lobos solitarios”, su propagación es elevada gracias a las redes sociales, y su detección e identificación suele ser complicada. A su vez, los medios que utilizan para infundir el pánico no requieren fuentes de financiación organizada, inversiones o infraestructuras complejas, facilitando que puedan pasar desapercibidos para las autoridades de seguridad hasta el mismo momento en el que actúan.
Otro tipo de amenaza islamista es la que representan los yihadstas que regresan a Europa tras haber participado en las diferentes guerras que se han producido, y en las que siguen activas a lo largo de Oriente Medio. Estos individuos “retornados”, a diferencia de los denominados “lobos solitarios”, si suponen una amenaza de nivel superior ya que tienen entrenamiento y experiencia en combate, y en muchos casos mantienen vínculos con organizaciones terroristas.
Fuera de nuestras fronteras, el epicentro de esta amenaza yihadista se localiza en zonas como África Central, el Sahel, Irak, o Siria donde grupos terroristas como Estado Islámico o Al Qaeda siguen activos, y con capacidad para planificar acciones terroristas en sus países de asentamiento, y también fuera de ellos.
La inestabilidad política de estas zonas del continente africano ha propiciado la expansión del yihadismo, favoreciendo la aparición de nuevos grupos y facciones como es el caso del Estado Islámico en el Gran Sahara (ISGS), o de Jama'at Nasr al-Islam wal Muslimin (JNIM) filial de Al Qaeda en el Sahel.
Aunque la principal actividad terrorista se detecta en países como Níger, Malí, o Burkina Faso, la inestabilidad de todas las zonas colindantes está permitiendo que estos grupos terroristas se expandan hacía países como Republicana Centroafricana, Chad, Gabón, República Democrática del Congo, Angola y Camerún a lo largo de todo África Central.
La expansión de este terrorismo se ve facilitada además por dos causas fundamentales. Por un lado, la total ausencia de estructuras regionales de seguridad que puedan combatir la amenaza terrorista en todas las zonas afectadas. Factor influyente fue la desaparición de la colación G5 Sahel creada para combatir este terrorismo. Desde entonces la proliferación de las redes terroristas se ha materializado con una total libertad de movimientos para los yihadistas. Y, por otro lado, una ausencia de cooperación internacional destinada a crear, coordinar e implantar políticas y estrategias de seguridad con las que poder hacer frente a la amenaza que se expande por el continente africano. Recordemos que las misiones europeas activas en aquel continente son en su práctica totalidad de mentorización. A esto se le suma el repliegue de las tropas francesas desplegadas en el Sahel, y factor muy importante a tener en cuenta, el aumento de la presencia e influencia rusa que se está asentando en diferentes países de la zona.
Con todo este conglomerado de factores de suma hostilidad y amenaza en el continente negro, los mismos representan grandes riesgos para organizaciones y empresas occidentales asentadas en África, que mantienen alianzas estratégicas en países de la zona, y que ven como su continuidad se hace cada vez más peligrosa.
En este sentido, el ministerio de asuntos exteriores francés emitió en 2023 un informe denominado Consejos de Seguridad en el Sahel (agosto 2023) en el que, en su resumen ejecutivo, advertía que la amenaza terrorista en el Sahel sobre intereses europeos es crítica especialmente, en países como Níger, Burkina Faso, norte del Chad o Malí.
El mismo documento parlamentario clasificaba las zonas como "formalmente desaconsejadas", y recomendaba a empresas y organizaciones occidentales desestimar la realización de cualquier viaje debido al alto riesgo de sufrir atentados y secuestros de su personal.
Muy resumidas hasta este punto las dos amenazas que actualmente acechan Europa, cada una con sus características propias y niveles de riesgo concretos, cada país de la Unión cuenta con una serie de “herramientas” que se utilizaran de formas diferentes para combatirlas. Entre ellas, las Fuerzas Armadas.
A partir de aquí este texto se va a centrar en una de las situaciones más complejas que se puede presentar dentro de un escenario de amenaza terrorista; el secuestro de compatriotas españoles fuera de nuestras fronteras. Ante una situación como esta, la primera complejidad a la que hacer frente es la política.
De las implicaciones que supone un caso como este para el gobierno de la nación de los secuestrados, que para explicarlas podríamos llenar muchísimas páginas pero que no es el foco de este trabajo, se espera una cosa muy importante. Que se inviertan todos los recursos y esfuerzos necesarios para la resolución del conflicto, y si una vez agotadas todas las acciones diplomáticas, de negociación, de intento de acuerdo y de solución pacífica del conflicto sin sucumbir al chantaje, no se consigue alcanzar un acuerdo, el ejecutivo permita desarrollar las acciones establecidas posteriormente para enfrentar esa amenaza, y recuperar a los compatriotas como obligación que es de su país.
Una de esas acciones establecidas pasará por llevar a cabo una operación militar para la recuperación del personal allá donde hayan sido secuestrados. Estas operaciones, conocidas como Hostage Release Operation (HRO), debido a su complejidad y el riesgo que suponen, son llevadas a cabo generalmente por unidades de operaciones especiales.
Para poder materializarlas, nuestro Ejército de Tierra cuenta con del Mando de Operaciones Especiales (MOE) que, dentro de su estructura operativa, dispone de una unidad especializada en operaciones HRO. Se trata de la Unidad Operaciones Especiales 2 (UOE2).
RESPUESTA AUDAZ
Atendiendo a lo recogido en el Plan de Disponibilidad del Ejército (PLDISP), durante el primer semestre del año el MOE organiza y lleva a cabo su ejercicio Respuesta Audaz. Este ejercicio forma parte de sus planes de adiestramiento operativo, y se trabaja en la formación de una Fuerza de Operaciones Especiales (FOE) sobre la base de la UOE2, con el apoyo, para el segundo nivel, de la Bandera de Operaciones Especiales de la Legión BOEL XIX.
Respuesta Audaz tiene como finalidad el adiestramiento de las capacidades de planeamiento y conducción de una operación de respuesta de crisis, con rescate de rehenes, iniciando el planeamiento sobre territorio nacional, y ejecutándose en un tercer país mediante el despliegue de una Fuerza de Operaciones Especiales (FOE).
Una FOE creada para la ejecución de una misión HRO requiere de una serie de apoyos al combate que, además de ser aportados en este caso por el resto de unidades del MOE, serán generados también por otras unidades que se identifiquen como necesarias durante la fase de planeamiento. Elemento que se torna fundamental para estas misiones es el apoyo de sistemas aéreos no tripulados de largo alcance como son los RPAS MQ-9 Predador del Ejército del Aire y del Espacio (EAE).
En este sentido, Respuesta Audaz nació trabajando en estrecha colaboración con el EAE y más concretamente, con su ALA 23 de Badajoz. Tal es la importancia que adquiere para el ejercicio la participación del MQ-9, que el mismo se desarrolla en su fase Livex desde la Base Aérea de Talavera la Real, en Badajoz, para integrarse con los RPAS ahí basados.
Otra parte fundamental para la ejecución de una operación de estas características es la capacidad logística para el despliegue fuera de territorio nacional. A este respecto, ya el pasado año Respuesta Audaz trabajo en profundidad en la identificación y clasificación de todas las necesidades logísticas y operativas que requiere un Special Operation Task Group (SOTG) para su despliegue en menos de 48 horas a un país extranjero. Y para ello, la colaboración con el EAE fue también fundamental y en 2024 se trabajó con el ALA 31 y sus aviones A400. Entonces se estudiaron y comprobaron las capacidades logísticas y tácticas de esta aeronave para el trasporte del material, equipos y personal del MOE, y se elaboraron las fichas de carga de los equipos y vehículos necesarios para el despliegue de una FOE allá donde sea requerida.
Y afianzando esta colaboración con el EAE, este año 2025 se ha integrado además en el conjunto de fuerzas una Special Operations Air Task Unit Rotary Wing (SOATU-RW) aportada por el ALA 48 con sus helicópteros NH-90 “Lobo”. Recordemos que es esta unidad la que tiene atribuida la misión de Operaciones Especiales Aéreas en el EAE.
Ambientado en un escenario realista, son dos los objetivos sobre los que se trabaja Respuesta Audaz. Por un lado, en la generación de la estructura de la FOE y la aportación de todos los elementos de 2º nivel de planeamiento, combate y apoyo al combate para la misión. En segundo lugar, en la creación de la estructura de Mando y de los medios de comunicación segura de la FOE con territorio nacional una vez desplegada, que garantice el canal de información al más alto nivel.
A estos objetivos se le suman otros secundarios como son la integración de las tripulaciones de la SOATU-RW durante el planeamiento y ejecución de la misión, la integración de la Imagery Intelligence (IMINT) o inteligencia de imágenes en tiempo real aportada por los MQ-9 para su explotación a lo largo de la cadena de niveles de la estructura operativa.
Estos objetivos se completan con el desarrollo de procesos de planeamiento deliberado, con el adiestramiento en procedimientos de interdicción de vehículos, y con la aplicación de los procedimientos de explotación de escenarios Technical Explotation Operation (TEO).
Desplegados en la Base de Talavera La Real, la fase Livex de Respuesta Audaz se desarrolla a lo largo de la provincia de Badajoz, trabajando en escenarios urbanos reales dentro de la propia capital, así como también de Mérida, para la celebración de los Key Leader Engagement (KLE). Igualmente se hace uso de distintas instalaciones en el pantano de Orellana, y de las propias de la central nuclear de Valdecaballeros.
Para poder ejecutar un ejercicio como este es necesario contar con el apoyo de las instituciones provinciales, regionales y locales, además de con la Confederación Hidrográfica del Guadiana que cede algunas de sus infraestructuras durante los días que dura la maniobra. Todas ellas colaboran y facilitan cuanto está en su mano en lo que se materializa como una colaboración cívico-militar ejemplar. Igualmente, la Guardia Civil presta su apoyo a lo largo de las zonas de actuación, resultando
fundamental su labor para la seguridad durante algunas de las operaciones en
entornos civiles.
SUPUESTO TÁCTICO
ILAM es un país de la zona del Sahel cuyo gobierno militar se ha establecido tras un golpe de estado, controlando todos los poderes del país. La corrupción institucional es total y la proliferación del crimen está aniquilando la paz en el país. Las sanciones impuestas al gobierno tirano están provocando protestas antioccidentales en la población que, unido a la retirada de las misiones internacionales que se desarrollaban en la zona, han provocado un elevado nivel de inseguridad y amenaza para el personal extranjero. El descontrol del país es total y las milicias de autodefensa “Sombras de Djoliba” toman el control de una Central Nuclear explotada por una empresa europea. Tras el asalto a la instalación, los milicianos obligan a los trabajadores españoles que trabajan en la misma a abandonar el país de forma inmediata. Pero antes de poder hacerlo son secuestrados y los terroristas deciden utilizarlos como herramienta de cambio. La milicia se queda con el personal técnico, mientras que el personal directivo es vendido al grupo terrorista JNIM, filial local del ISIS.
Cuando la noticia llega a nuestro país, inmediatamente el gobierno español se dispone a gestionar la situación, y el gabinete de crisis creado en el Ministerio de Asuntos Exteriores establece contacto con el gobierno de ILAM.
Tras varias semanas de conversaciones al máximo nivel, no hay resultados para la liberación y entrega a España del personal nacional, y el riesgo de las vidas de los compatriotas aumenta a nivel rojo. Con las conversaciones bloqueadas por parte del gobierno tirano y con la negativa persistente para seguir negociando, se autoriza una operación de rescate. El gobierno asume la responsabilidad a nivel político.
La preparación de una operación de rescate, que había sido solicitada desde el gobierno al Mando de Operaciones (MOPS) en paralelo a las negociaciones, está lista por parte del MOE al que se designó para su planeamiento. Una FOE y sus unidades de apoyo están preparados para desplegar en menos de 48 horas tras recibir la orden. Directamente, el máximo responsable de Ministerio de Defensa ordena el despliegue, y las fuerzas son proyectadas de inmediato.
Ya sobre el terreno se trabaja intensamente durante varios días en el desarrollo de la conducción de la operación. Estos trabajos, fundamentales y de vital importancia incluyen la elaboración de resúmenes de inteligencia Intelligence Summary (INTSUM´s), informes Inteligence Reports (INTERP´S), y se elabora también sobre el terreno la denominada Human Intelligence Report (HUMINTREP), o inteligencia de fuentes humanas. Este tipo de inteligencia es elaborada a partir de los contactos establecidos sobre el terreno con personal previamente identificado como colaboracionista. Y como en líneas superiores se indicaba, también se trabaja la Imagery Intelligence (IMINT) o inteligencia de Imágenes en tiempo real facilitada por los Predator del EAE, que volarán sobre las zonas de interés de forma prolongada.
La información obtenida da sus primeros resultados y se establecen contactos iniciales con el personal local colaboracionista. Inmediatamente la Special Operations Task Unit (SOTU) se pone a trabajar en la preparación de los primeros KLE, y se establece contacto telefónico, a través de un testigo del secuestro, con un líder local. Este, conocedor de todo lo que sucede en su valle, se presta a colaborar con los occidentales a cambio de dinero. La HUMINTREP obliga siempre a mantener los niveles de seguridad muy altos pues, aun cuando se asimilan los contactos como colaboradores, las culturas e idiosincrasias en aquellos países en los que se pueden tener que realizar operaciones como esta, pueden hacer cambiar el devenir de las mismas, pues las implicaciones personales de los colaboradores pueden no ser siempre unilaterales y de compromiso fiel.
Asegurado el contacto con el líder, este se ofrece a su vez concertar otra reunión con un componente de la milicia “Sombras de Djoliba”, secuestradores del personal técnico español de la central, que decidieron no vender.
Este miembro de la milicia, molesto por el desprecio que sufre por parte del líder, decide cooperar, con condiciones, facilitando la identidad de dos figuras que pueden ser clave para la obtención de información sobre el paradero de todos los secuestrados. Se trata de dos traficantes que mantienen una estrecha colaboración con los grupos armados más importantes del Sahel.
Analizada la información facilitada por este sujeto, en la que proporciona una fecha y horas en las que estos traficantes van a moverse por la zona, se planea y organiza una operación para la interdicción del convoy de los vehículos en los que se espera van hacer los movimientos.
Con toda la inteligencia estudiada la SOTU realiza el planeamiento y organiza la operación. Traza detalladamente el procedimiento para el seguimiento inicial del convoy y su identificación positiva, establece un alternativo en caso de pérdida de contacto, selecciona el punto de interdicción en una zona segura, y fija la ruta de escape y punto de extracción del personal con medios aéreos.
El rastreo se realiza con éxito por parte del coche de seguimiento sin ser detectados, y en el tramo de carretera seleccionado para la interdicción, los Toyota blindados de la SOTU se incorporan rápidamente desde un cruce para cerrar el paso de los terroristas. De inmediato varios hombres del equipo descienden de sus vehículos mientras los compañeros establecen la seguridad del perímetro, y se dirigen directamente a la furgoneta que transporta a los traficantes. Bajo la atenta mirada de los tiradores de escotilla de los Toyota, enfrentan la amenaza, reducen a los insurgentes acompañantes y detienen a los dos objetivos. En 5 minutos dejan atrás los restos del enfrentamiento con los milicianos.
Tras varios kilómetros circulando a gran velocidad escoltados por el helicóptero de la SOATU-RW, los Toyota llegan a la Helicopter Landing Zone (HLZ) para la extracción. Asegurado el perímetro, la SOTU desembarca de los vehículos y traslada a los detenidos hasta la aeronave. Del helicóptero desembarcan hombres de la unidad vestidos de uniforme encargados de recogerlos y custodiarlos.
Durante el vuelo se les realizará la identificación fotográfica y biométrica y una vez en la base, el personal será conducido a las instalaciones de la FOE donde se le interrogará.
El resultado tras el interrogatorio de ambos traficantes que, conscientes de la situación deciden colaborar con las fuerzas españolas, proporciona importante información para la operación. El personal vendido inicialmente a JNIM ha sido vendido nuevamente a otro grupo miliciano local denominado Coordinación de Movimientos del Azawad (CMA). Esta organización, formada por grupos Tuareg y árabes, quitó el control de la central nuclear de Valdecaballeros a los milicianos de “Sombras de Djoliba” sabiendo que la misma es una suculenta fuente de ingresos.
Y para poder de seguir explotando la instalación han comprado al personal secuestrado que han trasladado a la central, lo que hace probable que todos los rehenes, los técnicos que permanecían bajo cautiverio de “Sombras de Djoliba”, y los directivos, estén ahora juntos en la misma ubicación.
Lejos de territorio nacional, en zona hostil, de forma autónoma sin apoyo de ningún otro contingente militar, la FOE española sigue desarrollando su importante misión de recuperación de personal compatriota secuestrado por grupos terroristas yihadistas.
Han pasado varios días desde el despliegue y con la información obtenida, se podría poner una primera fecha para la finalización de la operación.
Con el planeamiento de la operación trasmitido a la cadena de Mando, con el informe de actuación valorado por el mismo y autorizado, llega el momento de ejecutar.
Objetivo: rescatar a los rehenes minimizando los riesgos, de forma precisa y coordinada. En estos casos la seguridad de los rehenes es la prioridad principal.
Desde el momento en el que se recibe la información sobre la ubicación de los rehenes en la instalación nuclear, la SOTU lanza una Patrulla de Reconocimiento Especial (PRE) que, durante unos días observará los movimientos en el entorno de la central. La PRE corrobora la presencia de los dos técnicos en la central. Con esto se confirma que todos los secuestrados se hayan en la misma ubicación en total, seis rehenes, seis "Sierras".
Con la inteligencia recopilada sobre el terreno por la PRE, se planea al máximo nivel la complicada misión.
Se marca día y hora para la misma y llegado el momento, en la Forward Operating Base (FOB) española se inicia el brienfing de misión a última hora de la mañana. El equipo repasa toda la información y los datos, reestudia meticulosamente cada paso de la ejecución sin dejar absolutamente nada sin coordinar, recuerdan las comunicaciones y los puestos de cada uno de los hombres, e inciden en las medidas de seguridad.
La operación se lanzará durante el arco nocturno. La instalación nuclear se encuentra a unos 35 minutos de vuelo al Este de la base, en una zona con abundante vegetación alejada de zonas urbanas. La PRE ha identificado el número de elementos enemigos que hay ese día dando seguridad al perímetro, así como el número de terroristas que se encuentran en el interior de la instalación con los rehenes.
El Predator ha facilitado información IMINT durante las últimas horas, pero las malas condiciones meteorológicas han obligado a recuperar el RPA a base. Esas mismas malas condiciones van a impedir la infiltración en Zona con los helicópteros de la SOATU-RW, lo que va a obligar a realizar la aproximación por carretera. Esta opción implica casi dos horas de vehículo sobre territorio hostil.
Finaliza el briefing y la TOT queda marcada para las 0100h locales. Los hombres de la UOE2 proceden a preparar sus equipos, cargan los vehículos y a la hora marcada para el inicio del movimiento, la SOTU embarca en los todoterreno rumbo al objetivo. El tiempo no acompaña y el trayecto se realiza bajo una fuerte lluvia. La luz del día empieza a desaparecer y los vehículos avanzan por caminos perdidos de la mano de dios. Tras el pesado recorrido bajo el agua, el equipo llega al punto seleccionado para dejar los vehículos y avanzar a pie hasta la central. Son las 2355h y la oscuridad es aliada del equipo en su camino. Tras una hora, la SOTU se posiciona en el perímetro de la central y con sigilo abre una brecha en el vallado. Los medios de visión nocturna no solo facilitan la capacidad de movimiento, si no que permiten identificar a los dos milicianos que montan guardia en el exterior. Por radio se trasmite al jefe “Tango identificado”, y este responde como debe. Los supresores de los fusiles permiten reducirlos sin ser descubiertos, y los hombres avanzan hasta el punto de entrada al edificio seleccionado durante el planeamiento. En instalaciones paralelas duermen otros 12 milicianos más. Una vez sobre la puerta, el grupo de hombres que va a realizar el asalto comprueba la misma y el breacher confirma su apertura mediante un breaching mecánico. Mientras tanto la segunda parte del equipo se posiciona para dar seguridad en el exterior.
La ubicación de la central en una zona del valle alejada de zonas habitadas y rodeada de zonas boscosas, infunde un silencio con el que hay que saber trabajar para no delatar su presencia. Silencio solo alterado por el eco sordo y lejano de lo que parecen ser ladridos de perros salvajes.
El miliciano "descontento" con su líder facilitaba un dato muy importante que adquiría una importancia vital en el planeamiento y obliga a ser “audaz” en la ejecución de la operación. El JNIM ha distribuido a todos sus milicianos y grupos colaboradores unos panfletos en los que se ordenaba que, en caso de ataque de las fuerzas occidentales infieles, negocien siempre la vida de los secuestrados con la amenaza de matarlos, uno a uno, con un minuto de diferencia, si no se accede a las peticiones que demanden.
La inteligencia de la PRE ha identificado hasta seis milicianos armados en el interior de la edificación en la que se localizan los rehenes. Es noche cerrada, silenciosa y húmeda, y el descanso de los terroristas permite contar con el efecto sorpresa.
El breacher empieza con su trabajo. No es una puerta fácil y le lleva algo más de tiempo del que esperaba. El equipo sabe que cada segundo corre en contra y esperan el momento en el que se abra la brecha en la puerta. Y esa brecha se produce.
Inmediatamente el primer hombre lanza al interior de la estancia la primera granada Stun de doble bang y tras la segunda detonación, aplicando los principios del CQB de velocidad, sorpresa y violencia, atraviesa la puerta. Tras él, le sigue el segundo hombre y sin solución de continuidad identifican el primer "Tango" con su AK-47 al que no le dan tiempo de reacción tras la granada. Lo abaten y el equipo se posiciona para continuar progresando. A la izquierda un pasillo en total oscuridad sin salida y tres accesos identificados sin puertas en la pared izquierda. A la derecha, una cámara amplia y diáfana iluminada desde el fondo por varios focos, con dos estancias desde las que los milicianos han empezado a reaccionar abriendo fuego. Las luces inciden directamente en la esquina sobre la que es necesario progresar para abatir el resto "Tangos". Eso requiere tener que abrir fuego sobre los focos para poder aprovechar la ventaja de la oscuridad. Con la seguridad que les facilita la zona en la que se encuentran, en cuestión de segundos una parte del equipo inicia su progresión a lo largo del oscuro pasillo izquierdo y llegan a la primera estancia. Stun y dos detonaciones. Contacto con personal que se clasifica como "Sierra", y se asegura la estancia. Siguen pasando segundos y nueva detonación en la segunda estancia. "Tango" identificado, tres disparos, y un fusil golpeando en el suelo acompañado de un ruido seco que delata el golpe del cuerpo del miliciano contra el terrazo. Junto a él, se identifica un nuevo "Sierra" aturdido. Progresión sobre la tercera estancia, tercera Stun, entrada, habitación vacía y se asegura. Las comunicaciones por radio son escuetas y rápidas y se informa al resto del equipo sobre cinco "Sierras" identificados. Falta uno. Con la parte izquierda del edificio asegurada se procede a identificar y asegurar a los "Sierra" y a prepararlos para su evacuación. El Jefe del equipo reorganiza el mismo para hacer frente a la amenaza localizada en la cámara vacía de la derecha y salas del fondo, donde se puede encontrar el sexto "Sierra". Han pasado algo más de tres minutos desde el inicio de la operación.
Con la desventaja de la luz de frente el hombre colocado junto a la esquina inicia su progresión para hacer fuego sobre los focos. Asoma sobre la esquina con rapidez, pero el intenso fuego de los terroristas aterrorizados le alcanza con un impacto. El segundo hombre comunica por radio “hombre herido”, y el condicionamiento adquirido por la constante instrucción de la UOE2 en estas misiones, hace que de forma inmediata este segundo hombre saque a su compañero de la zona de fuego, mientras dos hombres más lanzan una cortina de proyectiles sobre las posiciones de los terroristas. El volumen de fuego acaba con los focos y mantiene en silencio a los "Tango" durante unos instantes. Ahora se vuelve a contar con la ventaja de la oscuridad.
Aprovechando la misma y con rapidez, dos hombres avanzan hacia la zona derecha de la cámara y se protegen tras una columna. Ahora ya tienen dos posiciones de fuego diferentes sobre los Tango.
La ventaja de ver a través de la oscuridad con los dispositivos GVN hace que uno tras otro los "Tango" vayan cayendo hasta cesar el fuego. El equipo avanza con seguridad a lo largo de la cámara, se cerciora de la baja de los "Tango" y localiza al sexto "Sierra" totalmente aturdido. Como a sus compañeros se le atiende, identifica y procede a prepararlo para la evacuación.
Mientras esto ocurre dentro de la instalación, las detonaciones y disparos han delatado la presencia española, y los milicianos que dormían en instalaciones adyacentes del complejo han reaccionado. El equipo que permanecía en el exterior dando seguridad empieza a repeler el ataque. A ellos, se le unen los hombres que no están trabajando con los "Sierra" en el interior o realizando la explotación TEO del lugar y juntos, durante algunos minutos de intenso fuego, reducen la amenaza, pero no la eliminan del todo.
Se termina con la explotación y el Jefe del equipo da la orden de abandonar la instalación para proceder al punto de extracción.
Continua el tiroteo, las detonaciones de las granadas anulan el silencio del valle, los botes de humo se confunden con la niebla de esa noche húmeda, y poco a poco se hace más débil el sonido de los disparos en esa instalación nuclear ubicada en un lugar muy lejano de nuestro país.
Los vehículos de la SOTU que permanecían en espera se han acercado hasta el perímetro de la instalación para extraer al equipo y al personal recuperado. Con el sonido de los motores alejándose en la oscuridad termina la operación, y comienza una nueva vida para el personal español compatriota que, durante varios días, han permanecido amenazados y cautivos con riego de muerte lejos de su casa y su familia.
Pocos días después, la sociedad española será conocerá de la operación a través de los medios de comunicación, y celebrará la liberación de los conciudadanos que regresan a España sanos y salvos.
Comparecencias políticas, entrevistas de los liberados en los medios de comunicación, y felicitaciones. Sobre cómo se ha llevado a cabo esta liberación, explicaciones muy bien redactadas políticamente desde el Ministerio de Exteriores y de Defensa, y el agradecimiento a las Fuerzas Armadas en general por su profesionalidad.
Los responsables de la operación, adiestrados específicamente para llevar a cabo este tipo de misiones forman parte de esas Fuerzas Armadas a las que se ha felicitado de forma genérica. Son hombres anónimos que cumplen con su labor. Hombres que, por su idiosincrasia, más allá de reconocimientos públicos, se sentirán recompensados solo con el mero hecho de que se les deje realizar el trabajo para el que están preparados.
Ejercicios como este forman parte de un adiestramiento continuo que es fundamental para poder afrontar este tipo de amenazas. Ejercicios que implican importantes esfuerzos logísticos y la movilización de un elevado número de medios y personal que, a lo largo del año, despliegan por todo nuestro país en aplicación del exigente plan de instrucción de una unidad, el MOE, que será la primera en actuar en estas situaciones de crisis cuando la política y la diplomacia no hayan dado resultado.
La geopolítica internacional está en pleno proceso de cambio. Las amenazas que nos atañen también han cambiado y, sobre todo, se han materializado de una forma súbita afectándonos a todos por igual. La crisis del flanco oriental y la constante amenaza que esta supone para Europa, y el terrorismo yihadista que sigue latente, aunque eclipsado por el conflicto que sufrimos en la “parte trasera” de nuestra casa, deben ser objeto de los máximos esfuerzos a nivel político para poderlos combatir.
Se necesitan gobiernos capaces de asumir responsabilidades; capaces de establecer políticas que afiancen a nuestros países en posiciones de liderazgo, y solo así podremos hablar de un poder extrapolable al contexto de unión europea. Un liderazgo que proporcione credibilidad y autonomía a todos los niveles para ser considerados agentes de peso con capacidad de influencia en el contexto internacional.
Las políticas de defensa que hasta ahora se mantenían hemos visto como se han manifestado equivocadas, frágiles y nada practicas a nivel individual en casi todos los países del viejo continente. Y, por supuesto, en esta materia no se ha podido aplicar ninguna política europea común porque simplemente, se carece de ella.
Aun así, con las amenazas actuando sin prácticamente respuesta eficaz, y con la retirada del apoyo del principal socio y aliado, vemos como Europa sigue siendo incapaz de reaccionar de la manera que sería deseable.
Lo que en estas páginas se ha descrito es uno de los ejercicios con los que el MOE, su UOE2, sus GOE´s y sus unidades de apoyo, junto a otras que completan una FOE, se adiestran para ser esa “herramienta” efectiva y altamente preparada con la que el gobierno, y por ende la nación, pueda contar para hacer frente a cualquier intento de agresión.
En el texto que comienza con la descripción de este supuesto táctico, se hace una mención que es fundamental para poder afrontar las amenazas de una manera efectiva; “el gobierno asume la responsabilidad política”.
Cuando las actuaciones diplomáticas y políticas para solucionar un conflicto de seguridad no dan resultado es necesaria, por parte del gobierno de la nación, la asimilación de su responsabilidad política para dar los siguientes pasos en la solución del conflicto. Esto, que podría parecer el proceso asimilado que se espera de las actuaciones políticas, no siempre es así. Aquello que se viene a llamar “corrección política” con la intención de evitar conflictos diplomáticos, quizá aprensión a reacciones de terceros, falta de capacidad o complejos políticos, son los que prevalecen en muchas ocasiones anulando por completo la aplicación efectiva de políticas de seguridad y defensa efectivas.
Hoy en día, cuando las geoestrategias se deben adaptar de forma eficaz y rápida para hacer frente a las amenazas que nos atañen, las respuestas políticas no están siendo eficaces en forma y tiempo. Solo cuando la primera línea de la política sea eficaz, eficiente, resolutiva y de liderazgo, solo entonces se podrán poner en marcha el resto mecanismos y, solo entonces, sabremos que contamos con la seguridad que como ciudadanos merecemos. Una seguridad que, como en este texto se detalla, nos brindarán personas anónimas en el desempeño de su trabajo dentro y fuera de nuestras fronteras.